Amigo Américo... Justamente por haber leído, analizado y valorado el pensamiento de Marx (a tenor de mi amada UCV y de notables centros académicos del extranjero) es que con esfuerzo y un tanto de terquedad he comprendido la categoría echada a andar por ese maestro, la cual los gnoseólogos han dado en denominar CONCRECIÓN HISTÓRICA.

Muchísimo tiempo, junto a mi gran amigo J. R. Núñez Tenorio, dediqué en Caracas, Moscú, La Habana y Pyongyang, a tal tarea. También con otros maestros y colegas académicos, tuve oportunidades de esa factura –y en otras latitudes-. Dado ello, pues, comprendí -a final de cuentas- que en el devenir social, son los hechos reales los elementos que demuestran la veracidad o la falsedad que "viven" en el tejido de aquellas teorías que van aflorando al fragor del trabajo indagatorio (científico) y del trabajo reflexivo (filosófico).

¡Cómo ignorar que el modelo estado-céntrico de socialismo puesto en práctica a lo largo del siglo XX y tozudamente re-ensayado en nuestros días, ha venido fracasando en lo material (económico) y en lo cultural! ¡Cómo no ver que la URSS y todo lo unido a ésta, implosionó sistémicamente! ¡Cómo no ver el fracaso cubano, nicaragüense, venezolano…!

¿Es que acaso lo bueno está en aferrarse a los términos teleológicos (los sueños, pues) de las teorías con aliento revolucionario, dejando de ver lo concreto-histórico?

Haces alusión a mis 72 años. Admito que tardé más de la cuenta en tocar fondo en admitir que las aludidas experiencias socialistas estado-céntricas llevaron consigo buena parte de la negación a las aspiraciones de redención humana propia del comunismo. Creí con tanto fervor en esa aspiración –a lo largo de décadas y décadas- que caí en algo así como religioso, voluntarista, dogmático. Tardé demasiado en que lo racional preponderara en lo emocional; pero, como dijo Garaudy hace más de medio siglo atrás, “ya no es posible callar”. Llegó un momento en el cual dije… ¡basta!

Estimo que cuando tú toques fondo en comprender la gigante cuota de estupidez y putrefacción que encarna el chavismo, hallarás los insumos conceptuales y emocionales conforme a los cuales podrás oponerte a ello; claro, sin dejar de considerar que para llegar a tal fracaso, han tenido que participar elementos exógenos (nada nuevos y nada extraños, por cierto).

Amigo Américo… Es que dicen muchas cosas las desapariciones de la URSS y de la llamada Europa de Este... Así como también dicen muchas cosas los giros que ha dado la República Popular China, luego de que tomara el mando Deng Xiaoping (desmontando buena parte de tal modelo estado-céntrico, y logrando –así- notable desarrollo).

Aunque de vez en cuando en tu comentario permites que afloren las vísceras, como “buen chavista” que eres, debo expresarte no solo que tal texto tuyo es verosímil, sino que me ha dado la oportunidad de expresar lo aquí expuesto. Ello me resulta, de veras, placentero. Gracias, Américo. Un abrazo fraterno. Posdata: Déjale esas expresiones bajas a la gente que dirige el partido de Nicolás Maduro... A la hora de las pequeñas, esa gente no es docente. Tú sí. Sé que eres culto y en pleno desarrollo.

Édgar... Inscrito en la inmortal idea de soñar con una sociedad justa, es que con calor escribo estas notas de cara a quitar de alguna manera el velo que la propaganda del chavismo (ahora madurismo) pretende hacer sobrevivir en lo que les queda de seguidores. Hablo de una sociedad prefigurada en los sueños, la cual se aleje del estado-centrismo, del igualitarismo, del culto a la personalidad, en fin de todo aquello que sintelizan los gobiernos de Chávez y Maduro, y todo lo que en el siglo pasado conocimos como "socialismo real".

No olvidemos, amigo Édgar, dos planteamientos paradigmáticos para la continuidad de las aspiraciones... 1) "A cada cual según su capacidad; a cada quien según sus necesidades" (Marx). 2) "La verdad es siempre revolucionaria" (Gramsci). Abrazos.

Fuentes de las imágenes: 1ra. Tomada por Arq. Renán Moreno. 2da. Pixabay.