journal: luchar con el amor propio [eng/esp]
Este post está escrito en dos idiomas y dividido para facilitar la lectura.
Éste es un grito de mí para mí. A manera quizás de ayudarme de alguna u otra forma, a comprender un poco por qué mi cerebro decide funcionar algunas veces de ésta manera, a qué se debe su tortura constante con el pasar de los días. Además, he aprendido que escribir me ayuda a liberarme de las propias cadenas que soy capaz de ponerme.
Ah... el amor propio. Me encanta hablarle a las personas y decirles que se amen sin descanso, que hagan las pases consigo mismos, que disfruten cada espacio de su ser. Pero esto resultará como una confesión a grandes voces, lo cierto es que yo no puedo conseguir ese contacto conmigo misma. Aún me cuesta mirarme al espejo por las mañanas y, he dejado de tomarme fotos desde hace más de un año.
Siento vergüenza por mi apariencia y, aunque existan algunos días que intente convencerme de que puedo dar más de mí y que vale muchísimo más todo aquello que comparta con otros que como me vea en ciertas ocasiones; no puedo. Creo que el confesar esto tan abiertamente es algo que terminará ocasionándome un dolor terrible que costará días sanar. Pero hay sitios en donde me siento segura y éste es uno de ellos.
Intento verme con otros ojos, quererme y abrazarme de forma constante. Pero es como si en el fondo de mis entrañas existiese ese rotundo rechazo, algo que me estuviese repitiendo de forma constante: no, aquí no hay amor para darme. Es duro leerlo o mirarlo de ésta manera, es duro inclusive escribirlo.
Si, he hecho ejercicios, he meditado, he intentado de mil maneras cambiar éste mensaje, pero siempre que llega un nuevo día no he avanzado ni el 1% de éste camino. Esa es quizás una de las razones por la cuál nunca subo fotografías en mi blog, quizás me de vergüenza el que otras personas puedan verme.
Y no te estoy diciendo que deseo el cuerpo de revista. Realmente lo que deseo son los mismos ojos con los que me ven esas personas que dicen que todo realmente ésta bien. Esos ojos que admiran la belleza en cualquier espacio. Mientras tanto, seguiré practicando, quizás todos estos miedos logren evaporarse en algún punto.
Reconozco a raíz de qué vienen estos pensamientos. Desde que tenía 10 años he sido expuesta al rechazo por parte de varones por ser considerada ''fea''. ¿Qué es ser feo para un niño de diez años? Es eso lo que me pregunto ahora. Supongo que esos constantes años de acoso imparable es lo que ha servido como resultado de lo que hoy pienso y opino de mí. Y aunque intento de forma constante borrar todo ese tipo de recuerdos, ahí siguen.
Vivir con esa impresión de cuando le gustaba a una persona y preguntarle: ¿estás seguro de que te gusto yo? ¿qué has visto en mí? Hay heridas que se forman de maneras muy injustas.