#DomingoParanormal 👻| Noviembre de fobias 😱| Batofobia: temor extremo a los pasillos y profundidades. 👹🕳

Los pasillos: esos pasadizos que caminamos tranquilamente durante el día, pero, por las noches o madrugadas, se vuelven eternos, tenebrosos y difíciles de transitar.Fernando se acababa de independizar. Tuvo que viajar de Venezuela a Chile en busca de mejor calidad de vida. Allí, en Santiago, alquiló, con otros inmigrantes venezolanos, un apartamento bastante espacioso y cómodo. Él estaba realmente feliz, satisfecho del fruto de tanto esfuerzo y sacrificio.

Todos los horarios de trabajo de los miembros del nuevo hogar eran extremos: salían a las 6 a. m. y llegaban luego de las 9 p. m.; otros, con turnos aún más exigentes, aparecían al siguiente día. Fernando era el único cuyo empleo se sustentaba en internet, por lo que permanecía solo la mayoría del tiempo.

Lo anterior no era un problema. En realidad, el chico amaba el silencio de la soledad y tanta compañía lo abrumaba... No obstante, una experiencia nocturna lo haría cambiar de parecer y desear la presencia de sus compañeros.

La vejiga es siempre inoportuna. Las ganas de ir al baño lo obligaron a despegarse de la cama y dirigirse al sitio en cuestión; para ello, debía pasar una fina hilera, donde, pared a la derecha y pared a la izquierda, comenzó a sentirse un poco atrapado. Cada paso que daba le generaba escalofríos y quiso devolverse. Sus pies no acataban la orden del cerebro y parecía estar fuera de su propio cuerpo.

Allí, en ese instante de pánico e inquietud, se aferró a las paredes creyendo que tenía síntomas de una pequeña baja de tensión o azúcar. Al cabo de pocos segundos, cuando lo feo había quedado atrás, Fernando intentó retomar su trayecto. En medio del pasillo, cual película de terror, las luces empezaron a fallar y percibió que alguien lo observaba. Dio la vuelta y, del otro lado, había un pequeño niño sentado, llorando.

La impresión lo dejó paralizado nuevamente y con los ojos abiertos, alertas a cualquier ataque de este espíritu. Sintió algo al nivel de las piernas. Era una pelota de béisbol... ¿Este niñito deseaba jugar con él? ¿Qué significado tenía esta situación? Cuando iba a gritar y buscar ayuda, la puerta se abrió. Eran dos amigos que, cansados, acabaron sus faenas laborales.

Con la llegada de este par, lo anormal se volvió normal, rutinario, fuera de lo extraordinario. Fernando aún estaba inmóvil y pálido. Los demás pudieron sacarlo de ese estado y, cuando al fin reaccionó, estaba sentado en su cama y con los pantalones orinados.

Más allá del bullying que ocasionó el hecho en sí, Fernando evita a toda costa atravesar el pasillo; aunque, de forma inexplicable, una parte muy interna de su ser anhela contactar una vez más con esta alma en pena y conocer el pasado tortuoso que probablemente vivió.

Basado en hechos reales…