2do Concurso para Escritores del Proyecto Milkbox [Pedazo de cielo]

Emmet llego a mi vida una mañana fría de noviembre. Salía de la tienda con mis compras y me tropecé con él, fue amor a primera vista. Lo lleve a casa después de diez minutos de considerar si con mi ajetreado trabajo podría cuidar de un pequeño niño, pero su cara peluda me convenció.

Desde ese día han pasado 2 años y el pequeño bebé que traje a mi casa, pues ya no es tan pequeño. El veterinario me dijo que era un cruce entre gran danés y undalmata, estaba sano como un roble y me acompañaría por otros 5 años. Sería la mujer más afortunada si pudiera tenerlo para siempre, ya que es mi única familia.

La primavera llego y con él un nuevo compañero. Lo conocí gracias a mi Emmet, él lo derribo un día que fui a pasearlo en el parque. Su nombre era Raúl y se convirtió en parte de mi vida. Emmet no paraba de darme felicidad.
El invierno regreso, ya serian 3 años que mi bebé está conmigo. Raúl lo acepto muy bien y se enamoró tan perdidamente de Emmet como yo. La felicidad se esfumo esa tarde de diciembre.

Hacia un frio horrible y Raúl salió a buscar algo a la tienda, por mi abultada barriga no podía cerrar las puertas tan rápido, así que Emmet corrió al escuchar un auto cerca, pensando que era Raúl. Por más que lo llame no volvió y me estaba preocupando, llame a mi esposo y desde la tienda paso por todas las calles llamando a Emmet. Cuando llego estaba triste y yo destrozada.

Durante los días siguientes colgamos muchos carteles, salíamos a recorrer el vecindario y amigos cercanos nos ayudaron, pero no había rastro de mi pequeño bebé. Mi marido me regañaba por hacer esfuerzo extra en mi estado, pero él no entendía lo que yo sentía, la angustia porque estuviera solo con ese frío o peor… no quería ni decirlo. Con los días la angustia me estaba consumiendo, ya estaba perdiendo la esperanza y eso ponía en peligro al bebé que crecía en mí.

Una semana antes de navidad, Raúl llego del trabajo hablándome sobre un nuevo proyecto llamado Milkbox, me explico cómo ayudaban a las personas a buscar a sus seres queridos y pensé que esa era la solución. Mi marido iba un paso adelante, ya los había contactado y le prestaron su ayuda inmediata para encontrar a mi Emmet, no podía amar más a este hombre.

Dijeron que tuviéramos paciencia y no perdiéramos la fe, fácil de decir pero no de hacer, sobre todo para una embarazada. La mañana de navidad estaba triste, tocando mi barriga y diciéndole al niño que si lograría conocer al que sería su mejor amigo, pues sabía que las personas de Milkbox harían de todo para hallarlo.

En medio de la cena de navidad con nuestros amigos, sonó el timbre insistentemente. Mi marido se apresuró, sobre todo cuando escucho como rasgaban las puertas, pero fui yo quien abrí la puerta, prácticamente lo arrolle en mi carrera, pues mi corazón dio un vuelco. Sentí que estaba ahí detrás de ese pedazo de madera, las personas en la puerta intentaban contener la energía de Emmet, no con mucho éxito, los reconocí por su uniforme identificado del proyecto Milkbox y llore mientras mi bebé se lanzaba al suelo para que le diera amor y fue Raúl quien lo hizo. Él estaba tan emocionado como yo, en ningún momento pare de llorar mientras les agradecía a ellos que lo trajeran de regreso.

Esas personas ya se ganaron todo mi agradecimiento. Les ofrecí comida y ellos dijeron un simple “Gracias, pero aún tenemos personas a quien ayudar”. Tienen un pedazo de cielo solo para ellos por regresarme a mi bebé, mi compañero al que es y será siempre mi primer amor.

Bueno esta es mi entrada para el concurso del proyecto Milkbox. Espero que les guste y puedan comprender la importancia de este proyecto. Colaboren y lean los post de esta cuenta.

Aquí está el link del concurso
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