"Concurso “Premios Oiza”: 3era. Entrega" PICHA Y HOYO Por G. J. Villegas

ES POSIBLE que este dialogo le resulte extraño, en especial si no es un niño venezolano. Pero si es de los que conocen las tradiciones populares de este hermoso país, sabrá que es la jerga típica de una partida de Pichas o canicas como se le conoce en otros lugares.

Estas bolitas de vidrio son la sensación de los más jóvenes que suelen afanarse en conseguir la mayor cantidad de pichas que puedan, a costa de ganarlas en una partida a sus amigos. Es todo un deleite verlos jugar. Dibujan una raya en la tierra y cavan un pequeño hoyo. El juego es por turnos y básicamente hay que tratar de pegarle a la picha del contrario para poder quitársela. ¿Las reglas? Allí es donde entra el dialogo descrito arriba. Cada una de estas alocuciones va marcando el ritmo del juego. En todo el territorio se pueden escuchar variantes de estas normas, así como nombres graciosos que los chicos suelen darle a las canicas o pichas:

“La pegona” (con la que más aciertos hacen), “la trombola” (una picha de gran tamaño), “el huevito” (picha blanca con ligeras vetas de color).

También se juegan partidas divertidas y desafiantes como: “el cuadrito” o “de a dos pichas” Los novatos suelen preguntar si el juego es “de mentira” o “a la verdad” para saber si perderán sus piezas al jugar. Algunos niños se vuelven verdaderos atletas de esta disciplina, pues desarrollan una puntería asombrosa desde largas distancias. Esperamos que el lector pueda gozar de ver o jugar un partido de pichas venezolanas, seguro disfrutará esta fascinante tradición.