BREVE REFLEXIONES SOBRE UN PAÍS

Pueden parecer duras las palabras de Tony Blair, ex primer ministro de Inglaterra, al decir que los venezolanos son cobardes, cómodos y dejan que el sufrimiento por los que luchan por la libertad contra la tiranía de Maduro recaiga en unos pocos; pero sobre todo subraya que en otros países donde han emigrado, exigen hasta con sangre que les atiendan sus peticiones. Realmente esto último si es una verdad irrefutable y extensiva realmente a todos los emigrantes latinoamericanos que en caravanas (permitidas muchas veces por algunos gobernantes con propósitos políticos y desestabilizadores) acuden a la frontera de México con Estados Unidos, buscando lo que se conoce como «El Sueño Americano».

A Hugo Chávez Frías se le sacó del poder, transitoriamente, por un descontento que convocó más de dos millones de personas en Caracas, capital de nuestro país, y la marcha a Miraflores fue avasallante. Que ese movimiento político tomara otro rumbo, fue otra cosa, pero hubo la voluntad y la organización, el liderazgo para que estos eventos se dieran.

Más de cinco millones de venezolanos han salido del país y dejado libre, a sus anchas, a los patanes que nos gobiernan. Exactamente podemos decir lo mismo, de los hondureños, colombianos, salvadoreños, mexicanos, entre otros; que no afrontan las políticas desacertadas de sus gobernantes, a sus corruptos funcionarios y optan por huir como mansas palomas, pero al llegar al río Grande, a la muralla que los separa del norte, se convierten en unos verdaderos super héroes.

Si algo descubrió Mahatma Gandhi, líder espiritual y político de la India, es que hasta con la inacción podemos poner en jaque al poder. Imagina dos millones de personas con brazos caídos, rodeando un palacio , una gobernación. Los cambios políticos no caen del cielo. Recientemente, los egipcios, lo sirios y los afganos lo han atestiguado. Esperando que las cosas cambien bajo un uvero, a orillas del lago y con brisa sabrosa, sólo es posible en la ficción.