"La flecha tiene la virtud de no sonar"
Carta de Amor.
-Fecha de publicación: 07/02/2018
-Y así llegaste a mi vida, la flecha fue lanzada justo en el momento indicado, ni nos dimos cuenta que ya estaba siendo transformada por el viento dentro de nosotros, momento correcto y sin hacer ruido, llegó nuestro amor, porque, somos el cazador, la flecha y el viento. Lanzamos la flecha cuando creímos que el viento nos favoreció, no sabíamos a donde disparar, así que solo disparamos, y ahora; la fecha cobra vida, fue lanzada con algo de incertidumbre. Por lo que ahora ella; aprendió que el viento es su aliado, como no puede ser igual a él, pero si estar en el, decidió unírsele, vive en el, no para, no descansa, ella, decidió admirar su recorrido, su vuelo, y en veces se dirige a donde el viento quiere. Por instinto, por guardar su propio silencio y ver qué ocurre, ella; se deja llevar. El cazador desde lejos la observa, y se siente orgulloso, ya no puede hacer más que seguir observando. Ella no quiere parar, y más se ayuda entre vueltas.
Entre vueltas danzamos nosotros al son de nuestro corazón, y más nos impulsamos, nuestra historia, nuestro recorrido, nuestro vuelo, persevera y vence, se renueva cada día y a cada hora con cada clima, con cada dirección del viento, en cada beso, en cada música, en cada momento al lado del otro, nos transforma y hace nuestro amor perfecto.
Pacientes y a la expectativa de que el día nos cambie, deseosos y anhelantes de seguir aprendiendo. Así también es nuestro amor. En el blanco quiere el cazador que dé siempre la flecha, pero ella tiene algo que le gusta al viento, ya el cazador no es dueño de la flecha, el viento la quiere para el solo pero no la puede tomar, la flecha solo le dice que no desaparezca aunque no lo ve, y la lucha se convierte en la entrega.
Ambos solo pueden sentirse, se tocan y no se ven, el viento sopla, ella se impulsa, y dependen el uno del otro. Así es nuestro amor, aunque en veces nos preguntemos que tanto nos hace falta para seguir siendo unidos, solo tenemos que ser parte del otro, como uno solo. Aunque nos cuestionen, nos cuestionemos, siempre hay que hacernos parte de la energía que nos transforma por instinto y entender que el blanco, está siendo lo que tenemos que aprender para continuar sin abandonar el vuelo.
Aunque no te vea en veces, siempre te extraño, me haces falta para seguir adelante, y aunque te sienta, me sientas, aún estando juntos; al lado del otro, no puedo dejar de hacer para que me encuentres. Cómo la flecha sigue al viento y el viento no deja de soplar.
El viento también ya lo conoce todo, ha visto cada vez que tiene la oportunidad de aparecerse, muchos lugares. Teme de curvar la flecha por sus diferentes estados emocionales y la flecha abandone su impulso, por lo tanto, trata de cuidarla. La flecha no guarda más que el conocimiento de lo que está hecha, quizás madera y hierro, quizás solo hierro, quizás solo madera. Guarda el poder transformador de cuando fue creada, por lo que tuvo que pasar y no se compara;
Por lo que el viento y la flecha, ya tienen vidas pasadas y en eso concuerdan. Para las flecha todo sigue siendo nuevo y el viento le muestra lo que ya sabe, y la flecha le explica mientras, de dónde Provino. Así también es nuestro amor. Callamos y otorgamos al otro, nos quedamos con cada respuesta porque hemos decidido confiar en el otro.
-Lo siento si te he herido, Perdóname por las cosas malas, gracias por tu amor, te amo. (técnica Hawaiana del Hoponopono)
LUIS BRITO.