Y en el verano  por todas  partes floreció la  ortiga  allí.

No vuelvas.
Conducir perezoso como un encorvado de los hombros!
Quería vivir juntos, criar a mi hijo Mishutku.
Y rompiendo todos los restos de modestia y pureza.
En el veloz y rabioso.
Debajo de los cipreses.
El corazón latía cada vez más;
Gracias por tu amor...
Y la profundidad de tus ojos desnudos.
Nos dan comodidad y luz.
Y en manos de una pluma ordinaria;
Tu me amas.
Balanceando como escalas
Donde no he hecho un solo paso
El ballenero en el mapa verifica la ruta.
Tú iluminaste mi alma con un rayo.
El viento sopla nuevo.
Y no traigas fruto a Dios.