A la verdad
La verdad existe,
existe y humedece las manos,
pero no se deja tocar.
Hay quienes buscan en el cielo
y descifran el lenguaje divino de las estrellas,
se juntan a meditar ante la noche
y pierden el sentido de sus deseos.
Hay otros que buscan en su entorno
y formulan teorías,
se pierden en el tiempo,
son alquimistas de luz
y corren por las calles desnudos gritando: Eureka.
Un poeta es una verdad,
y una farsa,
dice ser ave sin jamás volar,
dice ser león sin desear reinar,
hurga entre los andrajos de su memoria
los hilos que lo conecten con su verdad central,
con las lagrimas del niño que fue
o con las canas del anciano que deseo ser.
Yo busco un lago,
ese lago es la verdad,
la espesa neblina me niega el camino,
pero el lago canta y yo camino,
me fascina su melodía.