Fuente

Con la mirada en las pequeñas calles,
las ansias se suben a mi espalda,
fisonomía de una ilusión,
compartiendo los torrentes,
esperando los atardeceres,
y añorando días lejanos.

Entre incontables palabras,
hacen fiesta los susurros,
un aquelarre de abigarrados secretos,
y estertores de aves
presagiando otros caminos,
añorando nuevas pasiones
como un enamorado
que vive sin su amada.

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Por esto es la mirada sigue
vagando en pequeños callejones,
pidiendo asilo,
refugio tibio,
para confortar sus anhelos,
y solventar las angustias
que envenenan su alma,
congénita debilidad que embriaga
su esencia.

Compartir una fogata,
donde charlar con mi ausencia,
terapia de risas
y trágico fulgor,
en medio del invierno,
esperando que las nieves acaben,
y comiencen los retoños
de hermosas flores
a cambiar el panorama,
porque solo así,
cambia el humor
y desaparecen los lamentos.

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Eterna es la compañía de tu voz,
evocando mis deseos
y provocando picardías,
acompaña mi camino
al puerto mas cercano,
entre el cantar de gaviotas
y el ruido de los buques
y del pausado mar,
postraremos la mirada en otros horizontes,
entonaremos un himno de triunfo,
te tomaré del brazo
y jamás te soltaré de nuevo.

Imágenes de uso público bajo licencia CC0 de Creative Commons

Autor del texto: Alex Díaz @humoalex