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Eres suficiente

Puede que sea un imposible
encontrar sombra alguna
que me oculte de tu mirada.
Es que ni mi pensamiento
puede ser para ti un secreto.
Me acompañas como la bruma
en esta filosófica colina.
Estás ahuyentando los miedos
danzando con gracia
y dejando tu cálida mano
colgar sobre mi cabeza.
Recorrí tan incontables parajes
y superé tantos desafíos.
Enfrenté pantanos nauseabundos
y alcancé los montes más distantes
solo para descubrir en su pico
una absurda ironía,
pues solo contigo era posible
encontrar esa alegría
y tu amor es suficiente...
Tú eres más de lo necesario
para sellar eternamente
la esperanza en el horizonte.

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Respira

¿Escuchas mi voz?
Sigue cada respiro
y atiende cada palabra.

Siente mi pecho.
El viento corre a mi interior
y mi fuego se fortalece.

Un momento inesperado,
una audacia premeditada
una acción deseada...

Las miradas cuentan gracias
y los dedos surfean por instinto.
¿Escuchas mi voz?

Síguela atentamente:
deja caer las cortinas
e inhala ahora.

Toda tu fuerza vibra,
tu cuerpo celebra
y tu rostro se pinta colorado.

Libera una bocanada
de pesares y contratiempos
y pronuncia mi nombre.

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El recuerdo

Sigo rebobinando el recuerdo
y cada simple fotograma
está fielmente grabado.
Mis palabras, mi asombro
y la bendita sensación de complacencia.
Tus palabras, tu firmeza
y tus sentimientos puestos en transparencia.
Nació una respuesta
no menos que equivalente
y de mi ecolalia sentí latir
a sentimientos dormidos.
Aún tras el gélido letargo
y obnubilado por la somnolencia
pude saber, para mi sorpresa,
que eran ciertas mis palabras.
Se tensó finalmente el hilo.
Quedamos rodeados y abrazados;
en compágina perfecta...
Ahora soy para ti siendo mio
y tú para mí siendo tuya.
Todo inició entonces
y no tendrá fin nunca.