Poema: Tantra
Me agrada saber que mis últimos trabajos han sido bien recibidos y apreciados por los curadores. Agradezco el reconocimiento que me han dado y me comprometo a seguir creciendo. Anuncio que a partir de ahora haré un doble esfuerzo y publicaré poemas es dos idiomas: Inglés y español.
Esto implica que subiré más poemas en verso libre que resultarán aptos para traducciones directas. Aún me falta aprender mucho de la lengua anglosajona, pero espero hacer un trabajo al menos satisfactorio y gramaticalmente aceptable.
Mi poema de hoy juega con la rima. Son versos que fluyen con una intención rítmica que busca una intensidad especifica.
El erotismo implícito en la poesía es consecuente con el nombre. El Tantra es una práctica espiritual proveniente de La India y la tradición de estos rituales han impregnado tanto las religiones orientales como la cultura occidental.
En el tantra las pasiones y el deseo se convierten en una experiencia de divinidad, y el sexo es interpretado de forma esotérica; pero con gran sabiduría. En esta práctica la virtud del sexo es vista mucho más allá de lo físico.
Esta idea me ha llamado atención desde que la conozco, y honestamente me identifico con ella. No puedo pensar en algún regalo de la naturaleza más idóneo para conectar con lo divino.
El sexo tántrico deja de lado la penetración y se centra en la apreciación mutua con el motivo de conectar etéreamente; caricias, miradas y besos son parte de una exploración intima cuyo propósito es desnudar cuerpo y mente en su totalidad y entregarse por completo. Se compromete cada aspecto del ser en la experiencia.
El tantra estimula la calidad del amor y amalgama las atracciones física y mental, con la intención de elevar el encuentro hasta lo más excelso y placentero. El tantra es la vía para encontrar el placer sexual no sólo con el cuerpo, no sólo con el psique, sino con el alma...
Tantra
Desde que conocí a un ser
tan inmensurablemente hermoso,
todo lo que consideraba lindo
comparado parece horroroso.
Claro que lo palpable y visible
me hacía revolver,
y apreciarlo era un placer;
pero lo que pudo estremecer
cada átomo de mí
en tan solo un instante,
fue su espíritu que hace
que en su bendita presencia
hasta un segundo insignificante
sea una valiosa experiencia.
Y está justo aquí,
tan cerca que escucho su corazón latir.
Tan cerca que percibo su aura surgir.
Tan cerca que atrapo su aroma en el viento.
Tan cerca que respiro su aliento.
Soy afortunado
al degustar tan dulces labios
sin poder dar por sentado
que en verdad esté ocurriendo.
Se desajusta su boca riendo
e inhalo descubriendo
que realmente sus ojos tiernos
son a los míos paralelos,
y que la vida me regala
el cumplimiento de mi anhelo.
Mascullo por admiración
y emprendo en la misión
desplazando sus cabellos
en una suave caricia,
dejando libre un rostro bello
para admirarlo contento.
Sello mi oración con un beso,
irrestricto, entusiasta, intenso,
y me da consentimiento
con voces y gestos
para avanzar sin remordimiento.
Mis manos celebran su boleto.
Quieren ser libres,
pero la tela les tropieza.
Exploran con torpeza
confundidas por el apremio,
mientras flotan entre sabanas
y un grandioso monumento.
Es pasión en el nivel más inmenso.
De su voz encuentro
motivación al desenfreno
y mis dedos obras
pues las ropas sobran
y abandonan el terreno.
Mi piel es deleitada
por besos y cosquillas
recorriendo mis costillas
y la visión tan gloriosa
del favor de la diosa
lentamente me eriza.
No lleva prisa,
aunque el deseo sea profuso,
cada roce es un regalo,
y lo apreciamos con gusto.
Viajo errante desde su cuello,
recorriendo sus clavículas
para acampar en su pecho.
Vuelvo a la calma y aprovecho
despejando el camino.
Dejo huellas en su abdomen
quedando sediento,
y desciendo por instinto.
Celebro entre muslos
Vibrantes e inquietos.
Sus manos me despeinan
Y su voz me invoca
Para buscar su mirada
Y escalo hasta su boca
Dejándola ser reina.
Almas sincronizadas
entrelazadas y solemnes
con pasión armonizada
en éxtasis de ritmo perfecto.
Va meditándome
sin decir nada,
fundiéndose
en mi cuerpo;
diluyendo mi mente
con su química astral.
¡Oh! Como siento
su piel y su pensamiento...
Me domina el sentimiento
en el preciso momento
que encuentro el nirvana
firmado por ella.
«Te amo... te amo... TE AMO»
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