Cada vez que  dejaba  una propina.

Puedo recrear todas las pinturas de Degas,
Y por la noche he estado con otros.
Y le da generosamente el collar al que tiene la cara brillante.
Una ventisca en ríos sombríos,
Se encuentra en las afueras de la casa...
Estoy sonando silenciosamente ríos de cristal.
Porque tu miel está sobre mí y tu aguijón está en mí
Y subir a la nube con destreza.
No busques una noche cálida.
Solo la ciudad de castañas chamuscadas nos juzgará.
Porque viviendo hasta un cabello gris profundo,
Fuimos atrapados por cuchillos y labios cubiertos de adiós.
Que Cristo prometió enviarnos,
El mal tiempo roe, la vanidad.
Cuando empiezas al cielo.