Las hojas negras de mi vida. | (2)

Verle cada mañana me alegraba el día entero, extraño tanto esos besos tan sonados que tiraba al aire pero con intención de que llegaran a mis labios, esos detalles que aunque pequeños para mi eran enormes y me llenaban completita de amor, recuerdo aquel día cuando me siguió a cada lugar que iba para darme un regalo, como cada fin de semana y yo no quería recibirlo porque me había enojado, pero él nunca se daba por vencido y yo no podía negarme, él era demasiado amor, siempre me llevaba de la mano con orgullo y a todos le decía que yo era su novia, su princesa, nadie podía creérselo ¡Es que ni nosotros mismos! Estábamos viviendo un sueño, él más peligroso y bonito de todos.

Yo no podía pasar ni una hora enojada con él, siempre sabía como sacarme una sonrisa y con un beso todas mis rabias se iban, joder, es que voy recordando y llorando, él era tan perfecto. Recuerdo claramente el día que lo ví llorar por primera vez, esa imagen de aquel hombre rudo desapareció, abrió su corazón y yo el mío, me dijo "este ha sido el mejor día de mi vida y es contigo, nunca me había sentido así con nadie, nunca me abrí así con nadie." No me quería ir esa noche, en realidad nunca quería pero esa noche fue diferente a las demás fue especial.

¡Mierda, cuanto lo extraño!

Son tantas cosas que si me pondría a recordarlas todas seguro voy a querer regresar el tiempo y eso es imposible, todo se acabó para siempre, es algo que ya jamás podrá ser, algo que tengo que borrar de mi vida aunque no puedo borrarlo de mi mente y mi corazón. Él ha inspirado las letras mas lindas pero también las más tristes de mi vida.

Ahora tengo que irme y no sé si lo vuelva a ver, al menos me voy tranquila porque pude desahogar todo lo que sentí y porque aquel día le vi, fue como una despedida, estaba sentada donde siempre y cuando volteé estaba él ahí, viéndome y escuché ese sonido que tanto extrañaba, esta vez no permití que se lo llevara el viento, lo guardé ahí donde no logro verlo pero si sentirlo.