Lo que soy

Dejé de escribir poesía como rutina diaria cuando la vida adulta empezó en serio. Después de graduarme de profesora abandoné la poesía por mucho tiempo, aunque siempre tenía un verso en la mente que no llegaba a nada. Me convertí en una poeta intermitente.
Me casé, me fui a otro país y empecé a extrañar lo que había dejado, porque mi memoria me fallaba y estaba empezando a olvidar.
Decidí iniciar un diario. Lo llamé ''diario del olvido''. Quería registrar todo porque sentía que el trabajo y el tiempo me estaba consumiendo recuerdos.

Olvidé, entonces, escribir diariamente. No sirvió.
Me empecé a preocupar.

Pensé en leer más, en ver más películas, en regresar a mi blog de vez en cuando.
Pero lo que me trajo realmente de regreso fue garabatear mientras estaba en blanco. Usar marcadores de colores en un papel pálido.
Lo logré.
Me venían imágenes sin control, sin orden, sin acomodo alguno.
Tal cual como me sucedía cuando escribía poesía.

Por eso, acá estoy. Para seguir encontrando. Seguir recogiendo lo que perdí y me está llamando.

Empecemos.