Aun es incierta la duda verdadera / poesía

Aun es incierta la duda verdadera

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Retumba como un tambor filarmónico en el pecho
esta augusta duda que atraviesa las paredes.
Después de tantos ciclos con fortuna heredados
luego de infinidad de horas tentando la filosofía;
detrás de las vueltas inquietas alrededor del hogar,
luego de tantos sábanas blancas almidonadas,
perfumadas con inciensos de mirra o mandarina,
tendidas para fornicar salvajemente o con pereza,
aún no es el momento de retirar las manos de fuego.

Aún la vasija esta llena de vacíos.
Por algo huyen de nosotros los siglos tan de prisa.
Por algo, como una gata escaldada por su amo,
la imaginación salta sobre las murallas fortificadas de la ciudad
y se aleja sin voltear la mirada.
Aún no se encuentra ni un indicio que nos devuelva
el esplendor constituyente de las primeras piedras.
Parece ser que estamos condenados a ser juzgados
en ráfagas por los vientos sobre la arena.
Aun es incierta la duda verdadera.

De hecho, como se ha comprobado suficientemente,
es mucho más útil y volátil la duda que la pólvora.
Por eso aún crece el musgo, el orín, la acidez, el óxido,
por eso, como sabemos, aún permanece turbia la mirada.
Aún esperamos presenciar nuestro solsticio de renaceres,
porque existe la fe, exigua, sí, pero valiosa aún como todas las fes.
Aún nos quedan guardadas en la panza algunas esperanzas,
aún creemos ir al concierto de relámpagos y truenos
que nos anuncian las marquesinas asaz iluminadas.

Aún esta carne magra, este aire nacional, este desastre hecho desnudez
se retuerce de dudas arrinconado debajo de las alfombras
donde se replican ignorantes de sí mismos los enigmas universales.

Gracias por sus lecturas