Sobre la poesía

in #poesia7 years ago (edited)

¿De qué trata la poesía? La respuesta es compleja desde lo más profundo, no intentaré fragmentar esta complejidad, ni tampoco sublimar desde un tercero la esencia de la poesía como fenomenalmente hizo Heidegger con Holderlin, ni siquiera poetizar sobre la poesía, sería una torpeza sobre otra. En cambio, sí me propongo exponer mi más íntima noción de la misma y sus simbolos, y quizá lograr engendrar una idea que se aproximé a la imagen interna que poseo, entendiendo que la imagen no es un hecho estático, la imagen a la que me refiero vive una progresión dimensional que coexiste y sugiere una totalidad que no se entorpece.
La poesía nace para uno, nace para uno porque es el lenguaje en que nuestro ser se comunica consigo mismo. Esta comunicación, este reconocerse mantiene una fidelidad genuina con los más próximos deseos de nuestro ser, los expone, los desnuda, nos desnuda, no se trata de un diario íntimo, se trata de la estructura del pensamiento que es indivisible, que junta pechos con el universo y sueños con quimeras, que no busca la verdad sino la genuinidad, y que es la que en realidad nos hará libres.
Y aún así está el otro, que es quien lee, que es quien da vida por una segunda vez e incluso podría decir que es en realidad quien da vida por primera vez, porque cuando se lee se tiene un sueño original, como una casa que te es dada por el escritor a la que tu amueblas y das luz. A este respecto, queda el hecho de conocerse, para conocerse el hombre debe observar e identificar signos, símbolos, estructuras, dentro del inventario de conceptos que alguna vez observó similares, entonces, para conocer debe existir una brevísima apropiación del otro, ahí entra aquella frase de Nietzsche cuando dice al observar largamente un abismo, el abismo mira en ti, ¿En qué momento ocurre este avistamiento abismal? Al escribir poesía, por que al explorar su propia alma se explora el alma común de los hombres y al poetizar aquella búsqueda, deja sentado su trayecto entorno al tramar inmenso del alma de la tierra, que es un organismo vivo en el cual coexistimos y por lo cual compartimos nuestra esencia.
Ahora, está el hombre que escribe y el hombre que lee, el primero conoce el alma común de los hombres y a través de ella llega a conocer al hombre que lee, esto se da en el mismo instante en que el hombre que lee se reconoce en el poema, se reconoce en el alma común de los hombres y a fin de cuentas en el alma del poeta, y al reconocerse también el alma de poeta lo reconoce a él.
Es de tomar en cuenta, que para mi el alma es el ser mismo, la unidad multiversal, podría usted prescindir de la palabra alma y decir mente, espíritu, karma, voluntad o destino, ciertamente no cambiaria el significado de lo que digo, porque la esencia del ser es lo que busca la poesía en sus fenómenos de introspección, entonces más que enlistar conceptos sobre el ser y distinguirlos, haré uso de la complejidad que me otorga la palabra alma como la forma total de hombre.
Por otra parte y retomando el hilo de ideas, la condición dialéctica Lector-Escritor representa un continuo reconocimiento del ser, donde el Lector es la voluntad de la desfragmentación-caos y el Escritor es la voluntad del orden-tramar, entender esto es entender que el alma común de los hombres está en constante evolución y por tanto la poesía, como su testigo, es un fluir del alma.
Todo eso nos lleva a la herramienta del poeta, la herramienta del Escritor, la palabra, que para construir castillos en las nubes, los construye con aire. Ya he expresado la condición dual de la autoría del sueño del lector, esta casa que nos da el escritor que es un medio hacia el alma de todos, solo es posible a través de un conducto tan intangible como sólido -aunque haga un terrible ruido esta frase disímil- , ese es la palabra, Lugones diría originalmente todas las palabras eran metáforas, ahora conjugar esto con una de mis frases favoritas de mi hermana las metáforas no dicen las cosas: las dibujan, ahí que usted ha dibujado un universo a su antojo, como dios que con la palabra lo ha creado todo.
La cuestión con la palabra no termina ahí, si bien es cierto que la palabra originalmente sólo representaba formas de la realidad como Luna, Sol, Mujer o Cielo, hoy las palabras han evolucionado a conceptos no tangibles, ya el hecho de usar la palabras evolución implica una trasgresión de la realidad, pues dicha palabra implica un cambio de un estado a otro sin que haya una imagen implícita, ahora pienso en la palabra crepúsculo, e imagino una genérica puesta de sol, pero no la avasallante batalla celestial de colores que se forma en el cielo tras la huida de la luz, entonces la poesía, que es el tigre de la literatura, debe ser preciso, debe dar zarpazos exactos y aniquilar la duda en el Lector, debe ayudarnos a mirar el sueño del poeta.
Es así, como llegamos al camino del poeta, pues siempre hay un camino, no siempre claro, pero sí intenso. No es casualidad que se es poeta, es causalidad, la poesía es una respuesta ante el mundo, es la antítesis del mundo que se nos presenta como perfecto y con el cual no estamos conformes. Hay que decirlo, ningún poeta está conforme con el mundo. Hay quienes se nutren de esta inconformidad para escribir, esta es su materia prima en el sentido metafísico y allí se forma el poeta en su devenir, y como Heraclito o mejor dicho por Heraclito pienso que el rio de hoy no es el mismo rio de ayer, entonces, el poeta de hoy no es el mismo poeta de ayer y no será el mismo poeta del mañana, no hay parámetros exclusivos dentro del poeta, él es una totalidad, un idea absoluta pero no en el sentido definitivo, es una idea absoluta en el sentido progresivo, el poeta está en la cúspide del cambio perpetuo, por tanto es el alma del hombre en evolución y revolución infinita, y finalmente de esta alma, este ente complejo que se autoorganiza y reconstruye, surge la poesía.
Es hora de hacer antropoloǵía de la poesía, pues de ahí parten sus símbolos clásicos, los cuales dije apreciar, primero está la madre que es como dijo Cabral la primera buena noticia, y es así que cuando niños nuestra primera patria es el vientre materno, pero esto no permanece imperturbable en torno a los códigos del mundo, la madre si es un símbolo que se hace estructura y se asienta en la conciencia del hombre, pero esto no siempre es positivo, hay mujeres como Miyó Vestrini que corretean a sus madres con una escoba por su casa, por eso hay que entender que la poesía no es una herramienta del bien, pero si del sentir, a la madre se le siente por presencia o por ausencia, a la fuerza tendrás que pensarla porque el mundo te obliga, todo mundo insiste en lo prácticas que son las madres, y sin embargo está la madre cloaca, como lo manifiesta Sabato y alguna poeta me preguntó alguna vez.
El poema no está al servicio del bien, hay que ser insistente en esto, siendo el alma el lugar de donde emerge, este posee su misma organica. La maldad habita el hombre tanto como la bondad, ergo la maldad habita el poema tanto como la bondad, la belleza es la estética de la simetría en este ensamblamiento, porque ¿Qué habría de bello en la vida sin la muerte, si impregnados por un poder divino todo se elevará a lo eterno, que hay de hermoso cuando maximizando el tiempo individual el tiempo social deja de existir? La belleza es pues un atributo de la muerte, de lo mutable, de lo cambiante, la belleza solo llega a través del contraste y ahí que el poema sea refugio de dios y del diablo, y por consiguiente de su heraldo: El poeta.
Entonces, tenemos a la madre que es el primer paraíso o el primer infierno, la primera mala o buena noticia, y es así porque, hasta ahora, todos los poetas han venido de una madre.
Después vienen la infancia, es según veo la segunda figura predilecta de la poesía, si lo colocamos en orden cronológico en la vida del poeta, la infancia es la tierra de los sueños, para todos incluso para quienes pasaron las peores noches en sus jóvenes años, creo que la capacidad sublime de adaptación de un niño lo habilita para transgredir los mayores horrores con una sonrisa, en la niñez se forman además las celdas de la vida, de las que rara vez alguien podrá huir, y en la poesía se hablará siempre de la jaula y a veces del policía, los que profundizan irán al juez y los locos llegarán a quienes legislan. La orfandad es una forma de la niñez y esta forma no escapa a los sintomas que mencione, pero la orfandad casi siempre suena a gris a diferencia de la infancia que pinta los poemas de amarillo, la infancia tiene hambre o caramelos, los pies descalzos o los zapatos limpios, tiene la comparación, la búsqueda de un lugar en el mundo, el constante empuje del mundo a hacerte entender que perteneces como un número preciso a una serie lineal o como una pieza de un reloj de manijas, pero en esta revolución descubre que la imperfección de estas ideas y empieza la lucha, la infancia es la lucha de la criticidad del mundo que se expone como único y que definitivamente desembocará en la adolescencia, donde algunos caen completamente rotos y para lo cual comienza a diversificar el ser, aumentar la complejidad y las contradicciones, la poesía escribe en la adolescencia y escribe de la adolescencia.
Creo, no es posible hablar de la adolescencia como un símbolo o como una forma dentro de la poesía, la complejidad obliga a hablar de los temas con nombre propio, el reconocer el asunto sexual como un hecho apremiante, las dudas recién nacidas sobre el lugar en el mundo tras la infancia, las dudas sobre los propósitos de la sociedad, las dudas sobre el camino a que el mundo te ha conducido, creo permitirme recordar aquella frase sobre el pavoreal y su cola multicolor, así se configura el hecho poético de la adolescencia, como la apertura del plumaje multicolor del mundo.
Ahora, está la sexualidad, la mujer y el hombre observados con detenimiento, y las dudas dentro de esa mujer y ese hombre. Hay quienes afrontan el mundo como una realidad invencible y simplemente se encausan no sin cuestionar las estructuras sobre las cuales descansan los paradigmas que regulan la sexualidad en las personas, otros se encuentran con dificultades materiales que terminan por manifestarse de manera intelectual o espiritual. Dicho de otra manera, la sexualidad es un hecho ineludible del ser y sin más se transforma en un hecho ineludible de la poesía, la atracción entre dos almas, entre una comunidad de almas, la introspección del ser o aquellos extraños seres disociados que son un fenómeno dentro de la sexualidad al no sentirse atraídos por nada, terminarán por encontrar cauce a través de la poesía, no hay fenómeno sexual que no sea abarcable, porqué por principio el tratamiento de la poesía es afín al combate del mundo que se resiste, entonces, la sexualidad es un fenómeno al que el poeta se enfrenta como un Reverón frente al cuadro.
En ese mismo sentido, llega el descubrimiento del otro como ser que diverge constantemente, ya no se asume una yuxtaposición permanente de las almas, hemos de encontrar nuestro lugar por el mundo y la poesía será el medio para indicar rumbo trazado, reconocernos en el mundo será reconocer la verdad material que nos contextualiza, he ahí uno de las grandes dudas del joven, la verdad material no solo se encuentra en el hecho tangible al referirse a la biología dentro de lo que está inmerso el símbolo de la sexualidad, sino también entra la cuestión histórica, nuestra alma es un kibbutz de almas, y por tanto la poesía responde a estos fenómenos de los cuales adolece el ser, la pobreza, la riqueza, la homosexualidad propia o de los congéneres o heterosexualidad propia o de los congéneres, las fórmulas morales, el cuestionamiento de uso del cuerpo, la existencia o no de los entes abstractos a los que puede o no responder el mundo, la adolescencia es profundamente existencialista, por adjuntarle un término, que más bien se refiere a la constante búsqueda de su posición el mundo que nunca acaba pero que el adulto deja a un lado por asumir certezas al aceptar en pro de la estabilidad.
Siguiendo este orden de ideas, tengo que puntualizar el valor crítico que tiene esta “fase existencial” dentro de la poesía, aquí se forman los lazos sistemáticos que tarde o temprano afloran de manera anecdótica, a través del lenguaje o de las imágenes dentro de las que está inmersa la poesía, esta proceso es infinito y puede llegar hasta la muerte del poeta, la adolescencia es la mayor intensidad, pero no es estación única para la búsqueda.
De esta forma, se ha tratado de forma ambigua temas que me gustaría profundizar y que por necedad abordaré, la pregunta del adolescente no es en realidad la pregunta original, las preguntas han sido cambiadas, el ser ha sido formado para defender una forma del mundo, a qué me refiero con esta:

¿Dios existe?

Si usted lo piensa puede que crea que es la pregunta original, pero no, esta pregunta está a medio camino de un trayecto infinito, -no sé si alguna vez leyeron a Cardenal se me olvidó recomendarles a Ernesto Cardenal-, si pensamos de manera geométrica podemos trazar una línea donde la pregunta ¿Dios existe? sea cero o el centro y a ambos extremos se extienden preguntas menores o superiores según se entienda la perspectiva, o sí por suavizar el lenguaje se hable de preguntas de un lado y del otro. Lo cual podría ser de la siguiente manera:

¿Existo?
¿Todo aquello que me rodea responde a alguna fuerza dominante?
¿Existen fuerzas invisibles que dominan el mundo?
¿Existen entes que capaces de dar orden al mundo a placer?
¿Estos entes tienen personalidad?
¿Estos entes son los creadores de todo?
¿Estos entes son dioses?
¿Será en realidad un solo Dios?
¿Dios existe?
¿Cual es el camino que me lleva a Dios?
¿Son las religiones el camino a Dios?
¿Quien dice la verdad sobre Dios?
¿Cómo me gano la confianza de Dios?
En la fase última no hay preguntas: La fe no admite dudas.

Vemos que la poesía trata todo el espectro sobre Dios, no lo elude, profundiza, lo observa, se apropia, transforma y agrede, la poesía, no es el lenguaje de Dios es el lenguaje de los hombres, y se permite todo, por eso rezo en las noches violar a Dios hecho mujer, y el poeta vive en esto, trata a Dios, se pregunta si poner la de mayuscula o minuscula, si permitirse la herejía o si ser un vasallo de aquello que nunca ha visto solo por que el mundo dice que este ser te da tu posición en el mundo, y de todo esto surge la poesía, que cree y que descree, porque hay que saberlo, los ateos son otra religión de los hombres cuyo dogma es el fanatismo y cuyo espejo son los creyentes, entonces el cáncer en dios no es dios sino el fanatismo.
He llegado hasta aquí a fuerza de juntar símbolos, de crear estructura de lo que es la poesía y de guiarme del desarrollo material del hombre, pero ir más allá entorno a la poesía es ubicarnos en un plano metafísico y por fin llegar al tema al cual es asociado por excelencia: El amor. La poesía siempre está conectado con todo y todo está conectado al amor, el ecosistema de símbolos asociados al amor es tan finito como símbolos existen para los hombres, tal es el caso que el odio es una la extensión del amor, teorizar sobre la manera en que interactúan el odio y el amor me llevaría a escribir un libro a modo del arte de amar de Fromm lo cual no es mi propósito en este escrito, pero si hablar del tratamiento poético del amor, de tal modo el amor formula los más intrincados sentimientos y las más disímiles consecuencias, las expresiones poéticas se sirven de esta versatilidad, no es casual que la palabra surja de una renuncia de la muerte, o sea es consecuencia de ese deseo innato de perpetuarse en la vida a través de la descendencia, pero caer en el reducción de restringir la poética del amor aun mero objetivo biológico, no, la poesía exalta atributos que superan la realidad material y generan un valor supra sensorial, la poesía se hace verdad aquella frase de que el todo es mayor que la suma sus partes individuales, lo cual pocas veces será superado en otro terreno.
El amor como estructura simbólica, si bien se sirve de todo, posee imágenes predilectas como lo son la familia, la mujer o el hombre, la idea o el arte, paseando a través de líneas de tiempo, el amor sufre de una nostalgia que la poesía termina por padecer, pero en su demencial actitud transforma en belleza y no es hasta que la palabra se rompe y la muerte reina en que el amor expresa sus más fervientes deseos y los más genuinos versos.
Es entonces ocurre que hemos llegado a la muerte, como última imagen de la poesía, y como en los casos anteriores responde a una estructura compleja, en este tema me gusta hablar no solo de la muerte material sino también de las muertes espirituales, las cuales pueden ser consecuencia de factores como la salud, la depresión, la locura o el miedo, me permito otra vez sugerir a una poeta, no tanto por su tratamiento de la muerte sino por la belleza en su tratamiento de la complejidad que existe en el proceso de la muerte, esa es Jacqueline Goldberg, sobre todo en los poemarios Salud y aquel trabajo llamado Nosotros los salvados, hay una cuestión esencial en ellos, la belleza de la palabra cadáver y el horror de las imágenes vividas, hay quien se pregunta ¿Cómo podría la poesía sobrevivir al holocausto? Allí la respuesta, pues la poesía que todo lo puede la trata, la retrata y la sitúa como una realidad, el poeta no cierra los ojos ante el horror, hablará de los esbirros, de las injusticias, claman por las soledad de los héroes, siempre será derrotada en la brevedad pero triunfante en la eternidad, pues la poesía piensa en siglos, ni siquiera la muerte derrotará al poeta para siempre.

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