Remitente inexistente

Existe esa clase de amor, que va más allá de las barreras, que no tiene límites.

Que ama de una manera, única en la vida, de ese lleno de sensaciones
a mil por hora, que te deja sin respiro, que te emociona hasta
enloquecer, ese fue nuestro tipo de amor.

Me sujeto a los momentos trascendentales en el tiempo, después de
los años puede visualizar realmente todas nuestras incompetencias y
como ese breve momento que fuimos felices, fue de los mejores de mi
vida y todavía, te extraño, no de la manera para volverte amar, - jamás -,
sino de la forma, que uno extraña a su persona favorita, al amigo más
fiel, a un pariente querido, a una flor que nace para brillar en la vida, pero
esta es la mejor situación para ambos.

Estamos;

A millas de distancias, entre una larga cordillera, entre miles más de
caminos de tierra, entre fronteras, así estamos mejor, en la
distancia, incomunicados, solo presente por los breve destellos
incansables de pensamiento, de las memorias, que poseemos juntos.

Gracias por aceptar, que te deje ir, gracias por irte sin despedirte,
gracias por seguir con tu vida, gracias porque al final de tantas
mentiras y tus errores, sé que me quisiste, poco, mucho o muy vago pero
lo hiciste, en tu singular manera.

Simplemente, gracias remitente inexistente.
Por desvanecer…