No puedo decir que hayas sido lo que un caballo a Troya
ni culparte
cuando me relamía los labios
antes de que tocaras la puerta.

Tampoco diría
que fuiste tú quien destruyó mi vida
Pues no la había
antes de colgar cortinas de besos en mis ojos.

Estas ruinas
atraerían buitres y turistas
si no fueran tu templo, todavía
y para siempre

Queda la gloria de antaño
que hierve bajo las paredes húmedas
y evapora los charcos que se forman
por las goteras en mi cabeza
cubriendo con sus vapores
la memoria de tu cuerpo desnudo bajo la regadera

Mi cementerio esta lleno de flores
seguro que nadie se ha esmerado tanto
en cavar su propia tumba
seguro que nadie muere con tanta calma
como he aprendido a volver entre cruces tu y olvido

Para resucitar
Tendríamos que morir primero
Pero tú sigues viva
y yo aún no estoy muerta

Yo te sigo esperando.