Introducción

Para finales de 2015, tomé un viaje familiar a una pequeña isla desértica justo al sur de Nueva Esparta, Venezuela, llamada Isla de Coche. Además de tener algunas de las costas más hermosas, y una combinación perfecta de viento para el Kitesurf, alguna vez fue el hogar de una famosa compañía de sal. Con la compañia hoy en ruinas, la isla genera la mayoría de sus ingresos del turismo y servicios relacionados. Pero yo no estaba muy interesado en los turistas, o en compañías de sal.

ENSAL, una compañia de sal abandonada

Para mí, este viaje significo un paso hacia un nuevo yo. Esta isla, con sus paisajes desérticos, fue un puente entre dos épocas de mi vida: jamás había visitado un sítio tan solitario antes. Isla de Coche fue una misteriosa puerta que eventualmente atravesé (mayormente descalzo, por cierto). Y por ello, después de disfrutar de su silencio y las largas, casi interminables playas, decidí tomar un vistazo de cerca al pasado de la isla; un vistazo a la vida de sus habitantes: sus casas, sus tiendas, y sus edificios abandonados.

Un vistazo a las puertas de Isla de Coche.

Espero disfrutes este humilde trabajo.

Puertas del Caribe

La entrada de un edificio abandonado. En el centro, los restos de una iglesia sin terminar

Puerta dando a una habitación llena de escombros

La puerta graffiteada de un baño sin techo. A la derecha, un galpón destruido

Casa turquesa con dos medidores eléctricos, probablemente robando electricidad de las luces callejeras

Un hombre descansa en lo que parece ser una sala de estar. Un barril de petróleo de PDVSA reposa sobre un patio rústico

Una casa con cortinas por puertas. Dos hombres descansan en el porche; uno corta un cable con un cuchillo

El frente sin terminar de una casa con televisión satelital

Una agencia de lotería abandonada. Su puerta aún conserva un póster político desteñido

Una madre y su hijo almorzando en la entrada. Una cubeta blanca, probablemente para recoger agua, está frente a ellos. En la ventana, un cartel indica artículos en venta. En la pared, una firma del difunto ex-presidente de Venezuela Hugo Chávez

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Si tuviese la oportunidad, volvería a esta isla solitaria. Una gran sensación de paz, escondida en su silencio y calma, te envuelve tan pronto como pisas su orilla. Sí, volvería. Pero no para tomar fotografías. Quizá para caminar y reflexionar sobre la verdadera naturaleza de este sitio.

-SA

Si te han gustado mis fotografías, sígueme! Pronto publicaré otra serie, también tomada en Isla de Coche, sobre algunos Kitesurfistas que conocí. Si te gusta la fotografía de deportes, no puedes perdértela! También puedes conseguir esto, y el resto de mi trabajo, en mi cuenta de Instagram @zickpic

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Todas las fotografías fueron tomadas con mi hermosa y confiable Nikon D90 + Nikkor 50mm F/1.8G, excepto la primera, para la cual usé mi 30mm f/1.8G.

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