Elio, el adicto a las sombras.

Para Elio, un rayo de luz, equivale a la muerte misma... ¿es terrorífica la luz?

¿Miedo?

No... Ya va, es imposible, Elio no le tiene miedo a nada, no le teme a sus deseos, mucho menos a sus pensamientos, y se abraza todas las noches con sus demonios. Entonces...

¿Qué sucede en la cabeza de Elio?

Cada vez que Elio camina por la calle únicamente iluminada por faroles y la luna, sonríe con esa mirada cínica que todos a sus alrededor odian, la gente se asusta, la gente huye, la gente aparta la mirada. Sería ilógico pensar que elio tiene miedo...

Cuando elio es el miedo.

"Fotofobia"... Fue lo que pensé. Una condición involuntaria del cuerpo, o para ser específicos, de su globo ocular.
Miedo a la luz por un constante estado de dilatación, siendo cualquier posible iluminación el infierno mismo.

Solo algo asi sometería a un alma tan fiera y peligrosa como la de Elio, una condición involuntaria.
Pero una noche decidí seguirlo de nuevo, aunque suene psicópata.

Seguir a alguien es de locos.

Es lo que piensas, lo sé. Pero no podía vivir con la duda, tenía que saber qué mierda ocurría, ¿porque este chico que vive en mi residencia solo era visto de noche?, ¿porque no podía recibir luz sin titubear?, ¿porque siempre tenía las luces de su casa apagadas?

Salió en su bicicleta a dar un paseo nocturno como de costumbre, capaz para calmar sus pensamientos, capaz para calmar los mios...

El sabe que lo observas.

Todos los días me digo esto en el espejo. Siento que el solo juega conmigo, que solo está esperando a que baje la guardia.
Lo peor de todo, es que eso no me suena descabellado, la idea de que el esté cazandome a mí cuando yo lo estoy cazando a el.

Pero mi ser debe saberlo, el porqué este chico se baña en las sombras, el porqué disfruta tanto de la oscuridad. Lo sigo, escondiéndome en arbustos, bancas, paredes, hago todo el recorrido con el.

Cada vez que pasaba por uno de los faroles respiraba hondo... Y cuando se alejaba de ellos, miraba la luna mientras tarareaba. Finalmente acabó el recorrido, y llegamos a su casa, Elio tenía una sonrisa de oreja a oreja, estacionó su bicicleta en su garaje, abrió su puerta, y entró, pero no la cerró completamente.

Se relajó.

Era mi oportunidad, así que entré, era mío... Estaba a mi total merced, jamás tendría otra oportunidad tan perfecta para rajar su cuello y darle fin a su oscura vida, pues me producía ansiedad, y yo odio la ansiedad, tenía que eliminarla...

Tenía que eliminarlo.

Elio estaba asustado... "¿Qué coño haces en mi casa"? Eso es lo que debió pensar, pues con cada paso que daba, más se alejaba, más temblaba, más se estresaba... Hasta que me sonrió.

Y que lástima.

Pues tenía razón...

"yo" no sabía que "él" me observaba a "mi."

Ya llevo tres semanas de desaparecido... Quizas cuatro. Hace bastantes noches oscuras que el concepto de "tiempo" desapareció para mi... Lo único que me queda es pensar, pensar que alguien me buscará, me encontrará, y me sacará de este horrible agujero.

Las únicas palabras que me ha dirigido, fue debido a mi interrogante... ¿Porque odias tanto la luz?

Respondió: "Yo no odio la luz... Solo amo las sombras... No debiste seguirme, desde el primer día sabía que lo hacías, pero la idea de compartir mis gustos por el baño de sombras, se me hacía inevitable, no podía desperdiciar está exquisita oportunidad, y creeme, cuando salgas de aquí, serás como yo."

"Un adicto mas."

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Espero que les haya gustado mi historia.
Las fotos son de mi autoría y fueron tomadas con un motorola G5 plus.
Gracias por leer, y nos vemos en el próximo post.🍃