Ya se sabe que a Santiago hay que ir en invierno.. sin tanta gente, y así poder ver el brillo de las piedras mojadas por sus calles. La lluvia sin duda duplica su encanto y el ambiente invernal ayuda a entender el sentimiento gallego. Tendrás que volver en invierno pero haciendo el camino !!
En invierno y haciendo el camino.... Que poco me quieres Pilar jajajaj, me conformare con las fotos que nos ofrezcas jeje ;)