Las paredes tienen boca:
en soledad nos recuerdan
los secretos que guardan,
las cosas que callamos
y que a nadie le cuentan.
Nos atormentan con lo malo
para que nos reinventemos
en otro lugar, con otras paredes
que sean iguales a ellas.
Las paredes tienen boca:
en soledad nos recuerdan
los secretos que guardan,
las cosas que callamos
y que a nadie le cuentan.
Nos atormentan con lo malo
para que nos reinventemos
en otro lugar, con otras paredes
que sean iguales a ellas.
Nos gritan y aturden con su silencio, algunas veces...
Otras, también con su silencio, nos cobijan y susurran tiernamente...