La verdadera esencia del ser humano.

Hoy en día nadie quiere quedarse. Hoy en día todos tienen bastante consigo mismos como para conocer a otros. Hoy en día hay muchos cobardes. Hoy en día nadie quiere aprender. Hoy en día las fuerzas flaquean cuando alguien nos pide compromiso. Hoy en día el miedo campa a sus anchas en nuestras vidas. Hoy en día si alguien quiere ir más allá está loco. Con lo cómodo que se está en la superficie, flotando. Nadie se asombra cuando aparece alguien que es capaz de bucear y llegar hasta el fondo de la realidad. La superficie es para los cobardes, los que tienen miedos y no asumen tenerlos.

Sumergirse significa perderse en las profundidades de la mente, significa encontrarse a uno mismo, explorar todas las posibilidades. Significa ver monstruos marinos que son capaces de devorarnos. Pero la magia consiste en domar esos monstruos, en ser capaz de conquistar las profundidades de nuestra psique y sacar a flote todas esas capacidades haciéndolas conscientes.

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Somos mucho más de lo que vemos, pero en la superficie no se ve nada. Solo podemos ver algún que otro barco perdido por el horizonte, gaviotas que buscan alimento y algún pez que salta para experimentar el aire. Es en las profundidades de este océano de consciencia donde podemos encontrar los tesoros más increíbles que podamos descubrir. Como un buzo que se sumerge en busca de una perla. Aunque no la encuentre, el buzo está experimentándose a si mismo, intentando ampliar sus horizontes en busca de un tesoro que no sabe si va a encontrar. Pero con el paso del tiempo, el buzo termina convirtiéndose en aquello que busca. El buzo se convierte en una perla por haber ido más allá, por haber superado sus miedos. El buzo se ha experimentado a si mismo y ha intentado conocer sus propios límites.

Cada uno de nosotros somos una perla, un diamante en bruto que debemos pulir hasta refinarlo por completo. Pero no podemos tener ningún tipo de miedo que nos aleje de otros. Los miedos hay que trabajarlos. Hay que arriesgarse, comprometerse con uno mismo en ese proceso de descubrimiento, y hay que hacerlo a través de otros. Pues cada uno somos como un espejo que refleja cada parte de nosotros que permanece inconsciente si solo nos vemos a nosotros mismos. Por eso hay que quedarse, aunque te hagan daño, porque nadie te hace daño, solo eres tu haciéndote daño a ti mismo a través de otros. Atrévete a bucear en tus sombras, pues para eso has nacido, para eso tienes la capacidad de navegar, de observarte, de observar a otros, y aprender.

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Comprometerse es decir adiós a una parte de nosotros que tiene miedo. Comprometerse con algo o con alguien es aceptar que no somos solo una persona, somos más. Estamos juntos en esto. Es decir "me da igual todo, porque sé que no estoy solo", es decir "quiero conocerme más", es decir "no voy a juzgar a nadie, por el contrario cambiaré mi forma de ser si la realidad que veo no me gusta, adaptándome a ella". Hoy en día el amor verdadero es algo que cuesta encontrar. Hoy en día no muchos se comprometen con otra persona para alcanzar juntos unas metas y un proceso de aprendizaje, aunque cada uno tenga el suyo, porque no estamos solos.

Prácticamente todos tenemos que aprender las mismas cosas. Este planeta es como una escuela gigante en la que las lecciones son compartidas. Algunos están terminando el curso, otros todavía no han empezado, pero todos tenemos que aprender exactamente lo mismo. ¿Que otra cosa sería mejor que hacerlo todos juntos? Empatizar y ayudar a quien no ha aprendido, pues en su momento todos fuimos aprendices de este juego, novatos de la vida que en un intento de aprender, nos perdimos creyendo que todos éramos distintos. Nos diferencian nuestras creencias, pero quien sabe ir más allá de ellas y son capaces de verse reflejados en el otro es quien ha descubierto el truco para comprender cómo estudiar las lecciones que la vida nos pone delante.