“San Benito de Palermo” ¿un santo, una mentira de la religiòn o un agnegado mèdico?
Para los años 1420 al 30, la región oriental del África, específicamente Abisinia, hoy Etiopía, Eritrea y Somalia; eran colonias de Roma, porque Italia, como república no existía y fue, el término de este dominio, entre los años 1936 y 1941, ya como república italiana. Antes eran pequeños reinados; Génova, Palermo, Sicilia, Florencia, Venecia, Roma, entre otros. Pero Roma era el reino central del imperio que componía la península Itálica. La república Italiana, como tal, nace en el año 1870 con la revolución libertadora de Garibaldi; contra el imperio Vaticano, que, era, al final de cuentas, el verdadero poder sobre todos los demás poderes pero esa es otra historia.
Debido a las enfermedades que diezmaban a los habitantes de las colonias, sobre todo a los esclavos, “cantera” de donde se abastecían de obra de mano barata; lo cual obligó al imperio, mas por asuntos mercantilistas que humanitarios, a enviar a esas colonias algunos médicos con la ciencia de la época. Entre ellos se destacó un galeno natural de Palermo, de nombre: Benedetto, que en castellano, coincidencialmente, quiere decir Benito, no bendito. Y, se le dio a conocer como Benedetto de Palermo.
De manera que los primitivos o naturales, del África oriental, fueron tomándole cariño, respeto y admiración al médico de Palermo que, por supuesto, los sanaba sin cobrarles nada; porque ellos lo que veían era el resultado, el efecto… no la causa de esos servicios “gratuitos.
¿Eso fue Benedetto de Palermo? Si… sin lugar a dudas. El vivió treinta años en esas tierras y murió en ellas; eso se explica el cambio de pigmentación de su piel. Si Ud. Quiere una prueba: pase unos diez días en cualquier lugar de playas de Venezuela o de América y póngase al sol dos horas diarias… y verá como se pone.
En el África uno distingue al verdadero blanco, aunque luzca como un gato negro o una panela de papelón, si le vemos las encías, que en el blanco son rosadas y en la raza negra son moradas; el cabello no dice nada, pues hay blancos con el cabello encrespado y, el perfil nasal, algunas veces confunden; pues no todo blanco tiene la nariz perfilada. Todas las razas negras son de África o descendientes de africano, pero no todos los africanos son negros. Hoy conocemos las siguientes razas: blanco caucásico o de cuello rojo, de origen europeo, blanco Beduino del África, que nada tiene que ver con los europeo; por ejemplo: Jesús de Nazaret… era africano y no era negro, todos los árabes son africanos y no son negros; lo que ha cambiado son las delimitaciones geopolíticas y hoy no se les denomina Africanos. Eso es cosa del hombre pero no de la naturaleza.
El humilde esclavo que fue salvado por el buen médico de Palermo, al cabo de los años y hoy siglos, fue llevado por la tradición de generación en generación y terminó en la adoración de aquel misionero de la medicina y, como es hoy se fue costumbre siempre, el ignorante al desconocer la causa, pero sintió los efectos, deificaron al hombre y, cuando fueron traídos a la América como esclavos, amalgamaron sus creencias primitivas con las primitivas creencias de nuestros aborígenes y así surgió, con la anuencia de la religión reinante, específicamente en Venezuela: “el milagroso santo negro llamado san Benito de Palermo”.
Todos somos libres y con los mismos derechos de creer en “èl” o no creer en “eso”.
Si te gustò mi publicación, te agradezco tu voto y tu comentario