A veces

Hacemos una competencia con nuestros amigos para alardear que cual es mayor

A veces, nos enfocamos tanto en uno mismo que se nos olvida el resto de la población

Y si cada uno se tomara el tiempo de tender la mano al otro

Les apostaría, no, les juraría que el mundo fuera mejor.

A veces, nos preocupamos más en el problema que en la misma solución

Le damos vuelta y vuelta a la misma página sin querer pasar a la otra

Porque el humano, por naturaleza es tan masoquista

Que prefiere quedarse estancado en su zona de confort

Que aventurarse a escribir una página nueva y resolver la ecuación.

Y no, no hablo de “ustedes” hablo de nosotros porque yo soy así

Y hay una frase muy coloquial que hay en la biblia que dice

“aquel de ustedes que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”

En este asunto, todos somos así y no creo que alguien lance la primera piedra

A veces hemos tenido envidia del éxito ajeno

“fulanito se compró un carro, fulanita se compró tremenda casa”

Pero la pregunta es ¿qué has hecho tu para cambiar tu situación?

Fulanito que se compró un carro, probablemente estudió, se cansó, trasnochó y por supuesto invirtió tiempo, dedicación, sudor y lágrimas para comprárselo

Y fulanita quizás se endeudó, se movió de aquí para allá, subió de rango en el trabajo, faltó sólo pocos días y pudo lograrlo.

¿y tú?, la pregunta es ¿tú que has hecho para resolver tu problema?

Porque escribir en Twitter “maldita sea quiero ser ric@” no genera nada más que Rt’s

Escribir en Facebook “Quiero conocer Italia” no te llevará a la torre inclinada de pizza.

Y llegué a mi conclusión que quejarme, aunque es liberador, no resuelve mi ecuación.

Por eso estoy aprendiendo más a ocuparme que preocuparme.