Viaje al Alto Alentejo. Primer día

Partimos en tren por variará cosa, el punto de partida esta vez era Sevilla, llegar en tren con locomotora del AVE es una gozada, un pelín caro, pero es un suspiro, a ver cuándo inauguren el otro.

Sevilla, un horno, como siempre, ciudad de grandes contrastes, enorme dimensionada hasta el extremo, me gustó mucho la avenida de las palmeras, con sus casas señoriales ahora ocupadas por bancos y cajas, y quizás alguna embajada, me recordó a Paseo de Reding.

Abandonamos el infierno de Sevilla rumbo al Alentejo, buenas carreteras,pasamos Badajoz, nos esperaba un portagem, pero fue poca cosa 2,10€ y nos dejó prácticamente en nuestro destino. En la zona de Estremoz, Vila Viçosa y Borja, donde hay canteras de mármol prácticamente a cada paso.

Llegamos a la freguesia de Redondo por una carretera, mínima, entre alcornoques sin corcho y vacas y ovejas que descansaban del calor seco y elevado a la sombra de los árboles.

El pueblo, bien, bastante más grande y más llano que los que conocía del Bajo Alentejo, es un buen comienzo, el alojamiento, alucinante sobre todo si tenemos en cuenta el precio. El pueblo, tiene una importante industria del barro, tiene también, vinos y aceites, todo ello nos lo reseñó la amable hostelera.

Estamos en tierras del partido comunista portugués, pleno centro de la resistencia a la dictadura de Salazar y bueno se nota, pero para bien. Tendrían mucho que aprender sus compañeros que se denominan de izquierdas hispanos. Horarios de trabajo, adecuados a los trabajadores, sueldos mínimos subidos dos veces en los últimos años, limpieza impecable de calles, parques y jardines e infraestructuras de servicio público real para crear apego a la tierra. Piscinas e instalaciones deportivas.

Aquí convive lo público y lo privado en aparente armonía, hay mucha menos población, está claro y el portugués,es más austero por un lado y por otro, ama mucho su producto de su tierra y eso se nota es imprescindible.

Las bebidas azucaradas, por ejemplo, tiene un coste muy superior a lo que tendrían en España y las leches enteras son más caras que las desnatadas, e incluso el litro de cerveza nacional, Super Bock, o Sagres a 1,99€ cuando las nacionales en España pues apenas superan el euro.

El omnipresente azul sobre las casas encaladas, que esperan tiempos mejores.

En un primer visual, me dio la impresión de que la gente del alto Alentejo tiene mejor económica o solvencia que el sur, por los precios, por los.coches que se ven por las calles y las modernas urbanizaciones en la parte moderna del pueblo, coquetas pero sin alardes.

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