Paredes andaluzas

Son las cosas que aún quedan gratis en España y con las que aún se puede disfrutar del día a día, la noche, un paseo por el pueblo, huele a leña y al café de los bares cercanos, Andalucía posa con sus paredes blancas y sus preciosos maceteros decorando las calles, reciben al visitante con elegancia y cuida al vecino con un clima envidiable y una calidad de vida y una seguridad por sus calles que la hacen única.

Benalmádena de la que tantas veces he hablado en este blog es mi hogar durante casi media vida, no sabría decir ya el total de años pero me siento a gusto, de hecho he cambiado el centro del Arroyo de la Miel por el centro del pueblo al que he descubierto un encanto más allá del de su estética de pueblo blanco y amable, su gente te acoge una vez que te abres a ellos y te brindan su hospitalidad, sus hogares, no te dejan sólo ni en fechas delicadas, es para no olvidar este tipo de detalles, pasear es salud, pasear por estos pueblos me lleva a estampas ya olvidadas de adolescencia.

Por cierto, así me recibía Andalucía...