En estos días llovía y yo pensaba: ¡Gracias! Gracias a la lluvia porque lo detiene todo; porque malo o bueno, todo parece que empieza de nuevo después de una lluvia. Decía: “ha de ser por todo lo que representa, por hacer surgir la vida. Todo lo que pasa entre el cielo y la tierra es mágico”. Y pasó. Bajo aquella tempestad, una avecilla volaba. Terminé: “osadía”. –Desafiar a la tormenta. Solo no sé por qué terminé.