An Mandatory Stop | Reflection

En días reciente estuve tomando algunas fotos con mi teléfono Samsung S6 y localicé en el patio de mi casa a unas orugas y a una mariposa súper hiperactiva. Esta última fue muy difícil de fotografiar porque no se quedaba quieta.

Con algo de entusiasmo, paciencia y fortuna logré estas tomas macro que siempre resultan interesantes porque nos dejan detallar el gran mundo de estos pequeños seres vivos.

A pesar que las fotos se tomaron con algunos días de diferencias, no dejo de pensar en dos cosas, ambas fueron una parada obligatoria para mi mente para reflexionar sobre dos temas: evolución y tiempo.

El tiempo, las fechas y ocasiones, así no amolden tu mente, harán mucho con tu cuerpo. Crecer es inevitable, la edad sucede y un día eres una lerda oruga y pronto llega el momento en que eres casi imposible de capturar.

Pasas de ser un alguien indefinido a lo que te tiene deparado el destino para que seas. El tiempo se convierte, por ende, en un elemento invisible y subjetivo.

La vida se te va y hay quienes sí se dan cuenta de lo fugaz que es, cuando, desde la distancia, pueden ver ese antes y después tuyo, y vuelve a ser parada obligatoria comparar, analizar, reflexionar, sobre la evolución de tu crecimiento en belleza y defectos, en colores y formas, en peso y categoría.

Fotografías macro que generaron una reflexión macro en la que no quise hablar nada de lo menos apreciable de la foto: el antes y después de la mente y su criterio.

Lo cierto es que, quizás, pocas veces puedas ver esas dos imágenes tan particulares tuyas o de los demás. Espero que si te sucede, te detengas a pensar que somos los pequeños seres vivo de un gran mundo donde alguien más nos observa.

El tiempo no va hacia atrás y es finito, hay que disfrutar cada etapa, cada parada, cada crecimiento. Nos toca crecer olvidando perspectiva hasta que caemos en el espejo que encierra aquellas dos realidades que te muestran cómo eras y quién eres ahora.