Las sombra de la ciudad (capitulo 2)

in #novel6 years ago

hola gente de steemit les traigo el segundo capitulo de esta novela, espero que les guste si aun no has leído el primer capitulo te dejo el link de el aqui para que lo disfrutes

"capitulo 1 " https://steemit.com/novel/@joskar/camino-a-la-muerte

Capítulo 2

—¡Corre joder vamos Enrique ya todo está perdido para Yelena!

—¡Ahhhh! ¡No puede ser, yo voy a regresar a buscarla se supone que los 3 conoceríamos el mundo que nos espera! —
Dije entre en un mar de lágrimas sabía que sin Yelena no sería igual y a pesar que desde el momento que saltamos de las cloacas yo corrí sin mas no poder, parte de mi fue cobarde por haberla dejado, simplemente soy un cobarde, ahora sentía que me quitaron las ganas de continuar.

—Enrique sé que Yelena te importa mucho pero mira a tu alrededor hemos corrido como locos y regresarse solo sería que la muerte de Yelena sea en vano.

Moinsés tenía razón, ahora tengo que ser fuerte y seguir adelante. Salimos por un rio de aguas negras, corrimos sin rumbo no sabíamos dónde terminaríamos hasta que llegamos a un lugar con un cartel inmenso decía “Bello Monte”, nos sorprendió ver tanto carros pasar tan rápido, deduje por lo que había leído que era una autopista, seguimos por una acera casi que mínima y en ocasiones los autos nos pasaron muy cerca hasta el punto de que sentíamos el rose del acero de los mismo, caminamos en silencio ya habíamos pasado lo peor y por lo visto el jinete de la muerte no tenía intenciones de seguirnos.

Aun así en mi mente solo estaba la presencia de Yelena y el dolor que sentía al saber que la había abandonado me estaba torturando, los recuerdo de lo vivido, los planes del futuro y mi sentimiento por ella, todo se volvía un caos en mi interior.

—Enrique espabila tenemos que llegar a otra zona salgamos por el próximo desvió.

Solo asistí con la cabeza no quería que Moinsés se preocupara de lo que sucedía en mi interior, en un cartel verde indicaba con una flecha la salida para un lugar llamado “Sabana Grande”, después de horas de caminar cansados y oliendo a todo menos nada bueno llegamos a un sitio muy transcurrido, la gente ni se inmutaba por nosotros solo nos observaba de reojo y nos esquivaban, en este sitio habían muchas tiendas a sus laterales todo tipo de comercio.

Era difícil concretarse en un solo punto ya que teníamos hambre no comíamos desde la mañana y aunque Moinsés no mostraba ninguna expresión de dolor por su brazo roto, pero necesitábamos solucionarlo antes de que la situación pasara a peor, el detalle es que no sabía a donde tenía que dirigirme o como ayudarlo para atender esa posible fractura.

De tanto caminar por ese gran paseo anochecía, ahora la cantidad de gente empezaba a disminuir a estas horas, lo que más se podía visualizar eran grupo de personas hablando y con aspectos muy poco amistoso por su cara, algunas de estas personas botaban humo de su boca y ojos muy cerrados, por suerte al pasar por un pequeño puesto de comida una señora muy noble al vernos nos regaló varios pastelitos de queso que estaba pasado de cocción, al empezar al comerlo nos devolvió el brillo de los ojos a los dos.

—Hijos que le sucede a tu brazo está muy hinchado y no tiene buen aspecto.

Moinsés no dijo nada seguía igual de severo para mostrar lo que sentía.

—Tu amigo está mal deberías llevarlo a un hospital.

—No se preocupe señora él está bien solo no ha tenido un buen día y necesitamos descansar y darnos un baño, ¿por casualidad usted nos pudiera dejar hacer eso aquí?

—Por supuesto se pueden bañar aquí con una condición, que me ayuden sacar toda la basura —asistimos con la cabeza.

—Señora será que mi amigo se puede bañar mientras que yo me encargo de toda la basura.

—Claro hijo no hay problema.

El basurero estaba doblando a la esquina, pocos autos transcurrían a esa hora sin embargo la atmosfera era tenebrosa, pareciera que desde la sombras me vigilaran, lo único que tenía en la mente es que los hombres de Víctor ya nos habían localizado, trate de apresurarme, no quería llevarme mucho tiempo haciendo esto además en la esquina habían llegado un grupos de chicos murmurando cosas y observándome.

Al terminar volví e ingrese al pequeño puesto de comida, no media más que la habitación donde dormía antes de escapar, la diferencia que en sus paredes estaban repletas de estante y productos de cocina, Moinsés ya se había bañado y consiguió una tablas para entablillar su brazo y vendarlo, debió doler mucho pero la cara de Moinsés seguía sin mostrar emociones, en ocasiones me hace pensar que es un monstruo sin sentimiento.

Vi cuando mi amigo se sentó en una esquina y en el acto se quedó dormido, entre a bañarme, era un placer sentir como el agua recorría mi cuerpo y el jabón me quitaba todo ese olor nefasto que emanaba de mí, pero saltaron de nuevo a mi mente esos momento de la fuga, Víctor disparando, Yelena cayendo, esto se volverá un tormento en mi vida, las lágrimas se mezclaban con el agua y ¡Bum! Mi mente me jugaba otra mala pasada recordé una vez que estaba llorando en mi habitación, aún me dolía y me afectaba vivir en esas condiciones sin derecho a elegir, ese día Yelena se escabullo hasta mi habitación y me encontró sollozando.

— ¿Enrique qué te ha pasado te han golpeado muy duro hoy?, ¿te has roto algún hueso?

—No Yelena, no es nada no te preocupes —le dije secándome las lágrimas pero ella me detuvo y me beso en el cachete izquierdo que estaba llena de lágrimas de seguro muy saladas pero no le importó.

—Enrique no te seques el rostro, sigue llorando libera toda esas tristeza, llora si quieres llorar, yo me encargare de darte otro beso para que sepas que estoy aquí.

—Definitivamente estás loca Yelena — tal vez aquel momento era la mejor oportunidad para decirle que me gustaba, aun así no lo hice.

El resto de la noche reímos, fantaseamos como tontos hasta que ella se quedó dormida, parecía un ángel no me atreví a molestarla, pero sus labios rosados eran muy tentadores, me moría por besarlos de hace mucho tiempo y al darme cuenta la tenía frente a frente, sentía su cálida respiración, mi corazón latía a un ritmo frenéticamente y me deje llevar por mi impulso, pero mis miedo me frenaban al estar a escasos centímetros de su boca, en un movimiento que ella hizo terminamos besándonos, sentí esos labios suaves y dulces, esto era mágicos suspire de una forma impresionante, de seguro que estaba en el cielo.

— ¡Ahhhhhhhhh! ¡Auxilio!

Ese grito me hizo volver a la realidad, Salí a ver que sucedía, vi a Moinsés alertado y a la señora estaba estérica.

—Calma señora dijo Moinsés —no entendía lo que pasaba

—Hijos me han robado esos coño de su madre carajos de la zona, que deberían arder en el infierno, ¡Oh Dios mío
perdóname pero que ratas del demonio son esos chicos! Usa tu mano para mostrarle el camino de bien.

—Señora ¿Qué le robaron? — le pregunte

—El dinero que había hecho hoy, que era para comprar unas medicinas.

—No se preocupe iremos a recuperarlo —dijo Moinsés.

—Hijo es peligroso además tienes un brazo mal y tu amigo está desnudo, por cierto que buen cuerpo tienes madre mía que pecado el que lograría cometer contigo —al escuchar esto me dio pena, me puse tan rojo que solo pensé en regresar al baño a buscar mi ropa pero la señora me detuvo.

—No te preocupes hijo mi casa no está lejos y les busque un juego de ropa nueva ya que los suyos no estaba muy bueno que digamos, y no eran muy agradable andar vestidos tan sucios y con esas fachas —la señora seguía hablando mientras yo note que Moinsés estaba vestido diferente con un mono gris y una franelilla blanca.

—Toma hijo vístete con esto —la señora me entrego un mono azul oscuro con rayas blancas y una franelilla blanca. —eran de mi hijo le gustaba hacer deporte hasta que lo mataron en una noche camino a casa para robarlo —sentí la tristeza de la señora en la voz al decir esto, me vestí y estaba listo para ir a buscar a los ladrones.
Casi saliendo escucho que la señora me llamaba.

—Hijo espera, toma necesitaran esto lo más seguro, estaba entre tu ropa no sé porque llevas esto pero de seguro no eres una mala persona lo noto en tus ojos café oscuro como el café que me encanta —me dio mi revolver 357 de cañón corto y la 9mm de Yelena las dos arma solo tenían 6 balas, le di el 357 a Moinsés y me quede con el 9mm.

—Espérenos acá señora…

—Gloria, puedes llamarme doña Gloria.

—Espérenos acá doña gloria le traeremos su dinero de vuelta.

—Cuídense hijos.

Moinsés y yo caminamos hasta la esquina donde estaban los jóvenes que ante me observaban algo me decía que fueron ellos, entre la calle se veía un callejón y se escuchaban voces, al llegar a la entrada del callejón Moinsés preparo el 357, se escuchaban aproximadamente 15 voces distinta hablando de algo referente a unas cosas llamada marihuana y creepy.

— ¡Haber ustedes de allí regresen el dinero que le han quitado a doña Gloria! —gruñí apuntando con el 9mm por la espalda a uno de ellos.

—Que les pasas cuerdas de menores no saben quién carajo soy yo, si no están buscando que les enseñe que es calle piérdanse de aquí culi cagaos —dijo uno de ellos, supuse que era el jefe.

—No sé quién eres ni me interesa solo quiero el dinero de vuelta —el jefe hizo mueca con la cabeza y todos sacaron armas en total 8 armas tipo 9mm y el resto cuchillos muy largo.

Rápidamente Moinsés realizo 5 disparo, cada una impacto en la cabeza de los chicos que tenían 9mm, dispare rápidamente a uno que pretendía lanzarme un cuchillo, Moinsés y yo nos cubrimos en la entrada del callejón mientras el jefe volvía a gritar “maten a esos malditos”, los disparos de ellos pegaban en la pared, pero después del enfrentamiento con el jinete de la muerte esto era muy fácil sus disparos eran mal coordinados y disparaban como locos.

Moinsés se lanzó contra ellos mientras yo le cubría, ellos eran tan mal tiradores que no anticiparon nuestra táctica, dispare varias veces para matar a dos de ellos y Moinsés corrió a partirle el brazo a uno de los que portaban cuchillo y mientras a otro le golpeaba la garganta de una patada, tomo un cuchillo y rápidamente desoyó a dos más, Moinsés es muy hábil para él se veía como un calentamiento a pesar de su brazo roto, ya solo quedaba 5 contando al jefe que estaba aterrorizado sin poder moverse.

Pude anticipar que uno de ellos me apuntaba y me agache ante de que disparara, Moinsés le lanzo el cuchillo clavándoselo en el cuello, dispare para matar a dos que intentaban recargar el arma, Moinsés corrió rápido y con una fuerte patada el pecho derribo y con la misma velocidad le piso la garganta al último antes del jefe, algo andaba mal en Moinsés seguía inexpresivo, disparo rápidamente su última bala contra el jefe, es como si sintiera que en mi amigo estaba sembrada una semilla de asesino con una sola meta ¿pero cuál era?.

—Revisa a todos en busca del dinero y vámonos, esto de seguro llamo la atención —efectivamente le hice caso todos llevaban dinero pero en especial el jefe llevaba un bolso bandolero estilo portafolio repleto de dinero, rápidamente nos fuimos a donde doña Gloria que no esperaba muy angustiada por la cara que tenía al nosotros llegar.

—Hijos ¿están bien? mírense todo llenos de sangre estoy con los nervios de punta no he parado de rezar cuando escuche los disparos.

—No se preocupe doña Gloria estamos bien le traemos todo el dinero que hallamos —al mostrarle todo el dinero se sorprendió era mucho.

—Mi alma a mí solo me habían robado 3 mil bs acá debe de haber como 50mil bs por dios y mi madre.

Doña Gloria se puso a contar el dinero junto a Moinsés, estaba muy cansado solo quería dormir y en una esquina me senté y me dormí rápidamente, soñé justo en el momento que me beso con Yelena, siempre quise decirle de lo sucedido esa noche, rápidamente en mi sueño Yelena se levantó de la cama.

—Apártate de mi lado maldito cobarde, me dejaste morir —al instante todo se tornó oscuro hay estaba Víctor asesinándola y yo sin poder hacer nada, escuchaba risas y voces que decían “me dejaste morir cobarde”.

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