Enviando cartas al rey con la súplica: "¡Ayuda!".
¿Irás conmigo en el borde?
No puedo escribir abiertamente.
Canta sobre los ojos nativos...
Sucumbió a la debilidad del minuto.
Fácil de decir, no hay pensamientos detrás de las palabras.
En la mano extendida, como un centavo.
Míralos, tu calor.
La luz del sol saldrá de detrás de las nubes.
¡Amor mío, no te eches a perder!
Mira me perdoné.
Por que los tienes cerrados.
No es cierto.