Una hermosa baya, es …

¡Hola amigos! ¿Cómo se encuentran? Me alegra mucha saludarles, con la esperanza de que se encuentren bien y disfrutando de sus actividades y quehaceres diarios. Que la dicha les acompañe en cada hora de sus días y les permita lograr la satisfacción al haber cumplido con sus metas.

Cada día es una nueva oportunidad para encontrar alguna de esas sorpresas que la naturaleza nos tiene guardadas, escondidas, esperando ser descubiertas. En ocasiones me guía la curiosidad y, en otras, la mera casualidad. Cualquiera de ellas me lleva a descubrir alguna de esas sorpresas que, luego, me traen lecciones sobre ellas. En esta oportunidad, una rápida mirada sobre un destello naranja que sobresalía entre el pequeño bosque verde gris que forma el denso follaje de la Aglaonema, me llevaron al conocimiento de su fruto, hasta ahora escondido a mi vista.

Este fruto es una pequeña baya que, en principio, es de color verde y, en la medida que va creciendo y formándose, se colorea de amarillo. Cuando ha alcanzado su plena madurez se tornan de color rojo. Y, tal como pueden observar en las imágenes, en este caso, una de las bayas posee un desarrollo superior a las demás, exhibiendo un color naranja que indica la cercanía de su madurez.

Dado que es la primera vez que observo los frutos de la Aglaonema o Reina de la Plata, opté por revisar entre ese bosque denso de ramas y hojas que guardan en secreto parte de sus flores y sus coloridos frutos. Aún hay días por transcurrir para que sigan desarrollándose más bayas que logren pintar de alegría el verdor de la Aglaonema pero, en esta ocasión, estaré vigilante a su proceso de crecimiento, ya que, por cosas del azar, se presentaron ante mí para ser descubiertos.