Llega al motel en referencia, estaciona el auto de cualquier forma mientras se pregunta qué hará al entrar. Seguramente el otro hombre habrá tomado la habitación con su propio nombre…¿Por quién preguntar?

Entra y no necesita preguntar. Ve a su mujer sentada en una pequeña salita justo al lado de la recepción. Está sola. Tamborilea con impaciencia sobre la amplia cartera que ocupa sus rodillas. Se le acerca, ella lo ve, sin embargo, en lugar de alarma, sorpresa o angustia, sus ojos muestran una infinita tristeza.

• Hola, amor, siéntate.

Le señala el mueble frente a ella. Su actitud le sorprende y como un autómata se sienta. En ese momento llega el otro hombre, visto así de cerca le nota un gran parecido a sí mismo. Sólo que más viejo. El hombre le mira y también con tristeza le dice:

• Hola, yo soy tú...en el futuro. Ella morirá...en pocos años. Pérdida que jamás lograré superar. He encontrado la forma de venir al pasado. La única manera de poder vivir sin ella...volviendo a vivir, aunque sea a ratitos con ella. Puedes dejar tranquila la pistola en tu bolsillo. Ella nunca te será ni me será infiel.

Esta es mi propuesta al concurso de Nano Narrativa convocado por @acropolis. Esta semana nos tocó escribirle el final a un nanorelato propuesto por los organizadores del concurso.

Si deseas participar lee sus bases haciendo click acá