Tenía más de 10 días sin salir de mi casa, no quería seguir batallando. Me sentía agotado, me sentía diferente, pero... una mañana, mi buen amigo Sancho me fue a buscar para enfrentar un gran batallón que amenazaba a Castilla-La Mancha.

Fui tome mi lanza y salí. Pero al poco tiempo de cabalgar me regresé. Camino a casa me encontré a un forastero que se me acercó y me dijo con voz tenebrosa -ten cuidado con tus sombras- no podía moverme y tampoco pude ver el rostro de ese forastero. Todo asustado miré a todos lados y cuando quise decirle ¿cuáles sombras?. Ya ese hombre no estaba.

Entré en pánico, nunca estuve tan asustado ¡corre corre!... le dije a Rocinante. Llegué a casa y cerré temblando la puerta. Al día siguiente fui al arroyo y cuál fue mi sorpresa... de nuevo estaba ese extraño forastero miraba a todos lados y él estaba rodeándome... corrí y corrí... ese hombre me perseguía, grité ¡Sanchooo! ayúdame me siguen... Sancho miró, respondiéndome ¿dónde?... No hay nadie detrás de usted.

_{Dibujo de mi autoría}

De inmediato me fui a mi casa y de repente, sentí un escalofrío me volteé, el forastero estaba detrás de mí diciéndome -ten cuidado con tus sombras-.Como pude le quité su sombrero ¡Ohhh noo!... ese hombre era "YO" quedé paralizado...¿eres? .... Me respondió - no temas a tu propios miedos o nunca más volverás a ganar esas batallas -, no huyas de ti y afronta con valor las siguientes batallas por venir. Aún asustado... cuando quise darle su sombrero ya no estaba.

Desde entonces volví a ser el de antes y continúe junto a mis fieles amigos Sancho Panza y Rocinante batallando contra las adversidades futuras.