Concurso de Nano Narrativa (Semana 13) Blacaman el feo

En mis inicios llego a existir un gran vendedor de hierbas milagrosas que podía llegar a curar lo que sea, haciendo creer que podría llegar a tener la solución hasta para el aburrimiento, pero no eran más que simples burlas hacia lo real, porque de milagrosas no tenían nada esas hierbas recogidas de cualquier matorral. Llegó a estafar a muchos y engañar a más de lo pensado, dijo la verdad muy pocas veces y siempre parecía exaltado por lo irreal, compro a un niño por poco solo para hacerlo un adivino aunque no tenia ni idea de que se supone que debía adivinar, el niño siquiera sabia su nombre aunque muchas veces lo olvidaba, tal vez por gusto, olvidar esa vida desdichada con ese embustero.

Suerte para ese niño fue confundido con un ángel, de mortal tenia el cuerpo pero no los pensamientos. Se llega a decir por ahí que tiro un conejo muerto hacia una pared e hizo que volviera a la vida y corriera por los aires, desde allí, empezó la vida dichosa de Blacaman el bueno. Curaba a los desdichados, les hacia crecer sus partes perdidas, les daba esperanzas y a veces los curaba de una enfermedad que no tenían, todo era bueno para él, confundido con un Santo con la ambición de un Diablo.

Blacaman el bueno, Santo curador de desgracias, su antiguo maestro, blacaman el malo, yerbatero estafador, y luego estoy yo, blacaman el feo, hacedor de tragedias, pesimista certificado y odiador de su propio titulo por ya no quedar otro. Sigo el rastro del bueno para arruinar su trabajo, de vez en cuando sigo mi propio camino para ganar mi propio dinero, maldiciendo por cierta cantidad de monedas, pero tengo como misión ayudar a ese pobre infeliz que se cree Dios, sin mí, él no seria quien es, no llegaría más lejos si no hay desdichas, que siga riendo el ignorante creyendo que puede zafarse de todo y creer que es inmortal, porque cuando lo alcance, solo sera recordado como Blacaman el bueno, vendedor de milagros.