Cuánto quisiera que esta voz que sacas hoy, @hlezama, se quede en este ejercicio, en esta ficción. Que no hayan niños, ni de la calle ni de las casas, que se autoinflijan con ese sentimiento de culpa donde se justifica la ausencia de un regalo, de la alegría, por la propia responsabilidad.
Creo que la inocencia es una bendición, algo así como un don, que libra el espíritu de las realidades terribles, como muestras en esa fotografía, donde una niña sonríe con ilusión mientras otra niña, parece estar completamente interesada en descubrir otro mundo posible allí, con ese "cuaderno de basura" y ese lápiz...
Que la navidad sea para mantener la ilusión y la esperanza. Te abrazo, amigo. F