Pulso del Escritor: Los orígenes mitológicos del vampiro y el hombre lobo (I): Licaón y Lamia - @vickaboleyn

in #mythology5 years ago

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La sección de Escribiendo para @team-mexico se renueva y desde ahora es nombrada Pulso Del Escritor, hoy tenemos el honor de dar la bienvenida a una nueva compañera que se integra a esta dinámica, ella es @vickaboleyn y nos preparo una publicación muy interesante sobre mitología universal.

¡Quédate a leerla! ¡Agradecemos a @vickaboleyn por sus atenciones, por su tiempo, también por la pasión con la que escribe estas publicaciones!
Conoce a @vickaboleyn, ve a darte una vuelta a su perfil, no te vas arrepentir. Es muy buena en lo que hace.

El Halloween se respira en el aire; en las calles vemos decoraciones tétricas en las entradas de las tiendas, desde maniquíes enmascarados hasta figuritas de murciélago, de fantasmas y de calabazas pegadas en las vidrieras. En las fiestas de disfraces y en los maratones de películas de terror son infaltables la bruja, la momia o los dos personajes que nos ocupan en este escrito, el hombre lobo y el vampiro; no se puede concebir un Halloween sin recurrir a estas representaciones populares de la maldad, el misterio y el horror.

El hombre lobo y el vampiro han estado presentes en la mitología universal desde mucho antes de que los bestiarios medievales y escritores como Sheridan Le Fanu y Bram Stoker dieran cuenta de ellos. En las civilizaciones antiguas se pueden rastrear los primeros relatos que hablan de estos seres terroríficos: cómo se originaron, el motivo por el que surgieron, cómo identificarlos y qué hacer para protegerse de ellos.

Este ciclo mítico busca compartir con ustedes, mis estimados lectores, aquellos relatos que rodean a estos dos seres sobrenaturales que sobrevivieron hasta nuestros días a través del cine, la literatura y en la mitología. Y qué mejor manera de iniciar nuestro viaje en la mitología que rodea a estos seres si no es en dos personajes del mundo grecolatino: Licaón y Lamia.

Licaón
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Júpiter transformando a Licaón. Museo del Prado
Fuente: Wikipedia

Licaón fue un héroe de la antigua Arcadia, hijo de Pelasgo y de la ninfa Melibea; se le atribuye la creación del culto a Zeus Lykáios y a la fundación de la ciudad de Licosura en Arcadia Occidental. Se le atribuye la paternidad de cincuenta o más personajes, la mayoría fundadores de ciudades de la región del Peloponeso, y es considerado como el primer licántropo conocido en el mundo clásico.

Hay dos relatos que hablan de este gobernante. El primero, compilado por Constantino Falcón Martínez, Emilio Fernández-Galiano y Raquel López Melero (1989), nos habla de un gobernante piadoso cuyos hijos eran sádicos, crueles y despiadados. La crueldad de los licaónidas era tal que llegó hasta los oídos de Zeus, quien, acompañado de un pequeño séquito de divinidades o en solitario, se disfrazó de viajero y se presentó ante ellos.

Durante el festín que los licaónidas le ofrecieron, Zeus no solo se dio cuenta de la veracidad de cuanto se decía, sino que determinó de inmediato un castigo ejemplar contra la humanidad por sus excesos mediante el gran diluvio de Deucalión. Licaón pereció con la mayoría de sus hijos en el diluvio; el menor, Níctimo, ocupó el trono con la venia de Zeus.

El segundo relato, recopilado por Pierre Grimal (1981), nos expone los primeros indicios de la presencia del hombre lobo. En él, Licaón es presentado como un hombre cruel y despiadado que practicaba los sacrificios humanos y el canibalismo, actos que motivaron la visita divina. Fue él quien ofreció a Zeus un niño pequeño descuartizado, del que se dice era su nieto o su sobrino. Aquél acto provocó la ira del dios, quien transformó al rey y a su familia en licántropos y los condenó a transformarse en las noches de luna llena.

Un señalamiento interesante sobre este mito por parte de Christine Harrauer y Herbert Hunger (2008) es el uso del mito para explicar las prácticas de sacrificios humanos como parte del culto a Zeus Lykáios o Zeus Liceo en el monte homónimo. Algunos autores como Platón mencionaron estas prácticas en sus textos como una forma de diferenciar el primitivismo arcadio de la civilización helénica.

En 2016, durante una excavación a los pies del monte Liceo, se encontró la primera evidencia de este culto; de acuerdo con un reportaje de la agencia ABC publicada en agosto de ese año, la víctima era sacrificada y cocinada junto con los animales para luego ser consumida por los asistentes a la ceremonia.

No es de extrañar entonces que Platón dijera todo aquél que devorase la carne humana podría convertirse en lobo. Mucho menos que la figura del licántropo moderno pudiera basarse por entero en este personaje.

Lamia
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Lamia. Pintura de Herbert James Draper.
Fuente: Wikipedia

María García Esperón, Aurelio González Ovies y Amanda Mijangos (2017) nos cuentan que Lamia fue alguna vez una hermosa reina de Libia que cautivó el corazón de Zeus. Su amor provocó la ira de Hera, la esposa hermana del padre de los dioses, quien no dudó en transformarla en un ser de aspecto horroroso que jamás podría cerrar los ojos ni dormir en paz. En adición a esto, la diosa mandó asesinar a cuanto hijo naciera de la unión prohibida; algunas versiones sostienen que fue la reina libia quién asesinó a sus hijos en los arranques de locura inducidas por las Erinias o por la misma Hera.

Su aspecto monstruoso la conminó a aislarse en los bosques, haciendo de las cuevas su nueva residencia. Harrauer y Hunger (2008) señalan que, movido por la compasión, Zeus le concedió a la reina el don de sacarse los ojos por las noches, pues así descansaría de las constantes visiones que tenía de sus hijos asesinados.

Las visiones, el aislamiento y la soledad generaron en Lamia sentimientos de desesperación, envidia y odio hacia las madres y sus hijos; impulsada por aquellas emociones, empezó a secuestrar a los infantes para devorar su sangre y sus órganos.

Nadia Julien (1997) explica que la lamia griega tiene su homóloga en la empusa romana, ser nocturno que era una hija o una servidora de la diosa primigenia Hécate. Este vampiro romano devoraba la sangre y los órganos de los hombres jóvenes a quienes seducían en los cruces de los caminos; las víctimas solo podían salvarse si una tercera persona lograba ver un pie de bronce, una pata de asno o una cola de reptil bajo sus vestidos.

Es interesante que a este personaje se le ha dado un uso didáctico por parte de las nodrizas grecolatinas para mantener la disciplina entre los niños así como su transformación en seres fantásticos no devoradores de sangre en la tradición popular vasca.

Sobre estas últimas se hablará en otro ciclo mítico que estoy planeando publicar más adelante; por lo pronto, me permito despedirme de ustedes, mis estimados lectores, con la promesa de entregarles una segunda parte la semana próxima.

Fuentes consultadas:
Agencia de noticias ABC España. “Hallan la primera prueba de sacrificios humanos a Zeus en la antigua Grecia”. Publicado el 11 de agosto de 2016. Consultado en: Hallan la primera prueba de sacrificios humanos a Zeus en la antigua Grecia, el 15 de octubre de 2019.

García Esperón, María; González Ovies, Aurelio; y Mijangos, Amanda. 2017. Diccionario de mitos clásicos. España. El Naranjo Editorial.

Grimal, Pierre. 1981. Diccionario de mitología griega y romana. España. Paidós.

Harrauer, Christine, y Herbert Hunger. 2008. Diccionario de mitología griega y romana. España. Herder.

Julien, Nadia. 1997. Enciclopedia de los mitos. México. Editorial Océano.

Falcón Martínez, Constantino; Emilio Fernández-Galiano y Raquel López Melero. 1989 Diccionario de la mitología clásica. Tomos I y II. México. Alianza Editorial.


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Muchas gracias a ustedes, @team-mexico, por esta magnífica experiencia. Espero tener lista la segunda parte pronto. ♥️

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