Consideraciones Generales al emprender una producción musical

in #music6 years ago (edited)

Saludos a la comunidad Steemit.

El proceso de producción musical, bien sea en formato “single“, EP o larga duración (LP) representa para quien lo emprende, una larga lista de momentos creativos, técnicas y métodos de creación y registro de la obra, difícilmente cuantizable en una suerte de manual de operaciones. En esta publicación compartiremos algunas ideas a considerar antes y durante la creación de dicha obra.

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Concepto artístico.

Más allá de la selección del género, es conveniente investigar y entender las condiciones emocionales que motivaron la composición del tema. Debemos involucrarnos en el mensaje que el artista o en su defecto, nosotros mismos, queremos expresar. De esta manera encontraremos el camino a seguir para tomar decisiones como: estilo, instrumentación, duración o incluso (y aunque parezca apresurado), el concepto que manejaremos en la mezcla. Esto no se reduce únicamente a elementos como el contenido de las letras o el tempo de los temas; todo compositor atraviesa etapas, en las que la percepción de su realidad, se ve afectada por los acontecimientos típicos del día a día. Las creaciones que hacíamos cuando cursábamos una carrera universitaria serán considerablemente diferentes a las creaciones que haremos en etapas posteriores. En algunos casos me fue de gran utilidad, compartir la creación en su forma más primitiva con un buen amigo músico y caricaturista, para que a través de sus dibujos, me mostrara su interpretación del material, y obtener de esta forma una descripción a nivel sensorial de la obra, mostrándome desde su perspectiva, la esencia originaria del tema.

Instrumentación y Arreglos.

Una vez aclarada la visión artística del proyecto, podemos comenzar a darle forma y estilo a la obra. Con el concepto desarrollado, tendremos una clara idea del tipo de instrumentación que necesitamos: es buen momento para decidir si trabajaremos en solitario o si será necesario pedir ayuda. A menudo los colaboradores adecuados, enriquecen todo el panorama, ya sea desde la implementación de instrumentos alternativos (percusiones étnicas, influencias electrónicas, etc.) como ayudar a sortear soluciones en momentos de bloqueo creativo. Los arreglos musicales están íntimamente relacionados con la instrumentación; es sumamente complicado y probablemente innecesario, producir un tema de heavy metal con un guitarrista clásico. A pesar de que soy partidario de la fusión de géneros y la experimentación, cada género, esta definido por un mínimo de requisitos, para asegurarnos el buen entendimiento del mensaje y el ambiente general que queremos recrear. Ciertamente, existen alternativas novedosas para sustituir instrumentos o compensar la falta de ellos. En este caso, me ha funcionado bastante bien tomar en cuenta el timbre y la “textura sonora“ del instrumento que debo reemplazar. Existen diversas maneras de determinar tales características; el timbre de una señal de audio, está determinado por el [contenido de frecuencias](http://acusticaysonido.com/?p=76) y la relevancia de algunas de ellas sobre el resto. En este punto estaríamos adentrándonos en temas más relacionados con el audio profesional, que trataremos con más profundidad en otras publicaciones, pero en todo caso es fundamental entender, que el timbre es la característica sonora que nos permite diferenciar un instrumento de otro, aún cuando éstos estén reproduciendo exactamente la misma nota (el DO2 de un bajo no suena igual al de un piano), por lo que con algo de entrenamiento empírico podremos encontrar similitudes sonoras entre los instrumentos. Es aquí donde la textura juega un papel fundamental, siendo ésta, una descripción intuitiva y subjetiva de la fuente sonora. A partir de este momento, comenzamos a implementar términos como: áspera, rugosa, sedosa, velada, brillante, etc. Términos que ciertamente carecen de carácter técnico, pero que en muchas ocasiones funcionan muy bien al hacer comparativas espectrales entre varios instrumentos. Por ejemplo, un buen sustituto para una guitarra eléctrica con distorsión, podría ser un sintetizador con un importante contenido espectral, posiblemente un “octavador“ y algo de distorsión. Actualmente las posibilidades son potencialmente infinitas, y se trata de hacer un extenso trabajo de selección y aprender en el camino.

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Captura.

Es común, y a menudo muy acertado pensar que el mejor estudio con el mejor ingeniero, representan la opción ideal para llevar a cabo la producción en pleno. Claramente, esta opción trae consigo algunos retos financieros y de disponibilidad de las instalaciones y el personal técnico. Si cuentas con el presupuesto y el tiempo necesarios, en mi opinión, tus preocupaciones deberían estar orientadas a las prestaciones que ofrece el estudio y la experiencia que el personal acumule en torno a proyectos similares. Es fundamental considerar el hecho de que no todas las salas de grabación suenan igual; Si buscamos una sección rítmica muy presente, con un sonido cercano y con poca influencia del recinto, podríamos preferir salas de dimensiones relativamente pequeñas o donde predominen materiales absorbentes que disminuyan el tiempo de reverberación del recinto, dándole a la producción un carácter más íntimo, menos espacial. Tengan en cuenta que las dimensiones del recinto son determinantes para la plena reproducción del espectro de frecuencias que ofrece la fuente sonora. Bajas frecuencias requieren mayores espacios que frecuencias superiores. En el caso contrario, si nuestro arreglo será interpretado por una orquesta de mambo, y buscamos el sonido tradicional de antaño (Pérez Prado y su Orquesta) sería razonable ubicarnos en un recinto con gran espacialidad, con un patrón de difusión importante y un tiempo de reverberación considerable; En este caso, no sería descabellado pensar en hacer la captura en pleno, con la orquesta en directo o por secciones:

-. Sección Rítmica
-. Sección Armónica (Bajo y Piano)
-. Sección de Vientos Metales o similares
-. Voces

Los proyectos capturados en directo, o en su defecto, por grupos de instrumentos, otorgan a la producción un carácter más orgánico y la sensación de mayor cohesión entre los músicos, sin embargo, esta opción implica la implementación de músicos con gran nivel de interpretación y una preparación previa mucho mas compleja. Si tu caso es en cambio, una producción de bajo presupuesto, las decisiones estarán orientadas a sacar el mayor provecho posible de los elementos que dispones. En este punto son muchas las opciones y versiones de equipos y recintos caseros, por lo que me enfocaré en los fundamentos de una buena captura. Asumiendo que el proceso de composición y pre-producción se ha desarrollado satisfactoriamente, considero que nuestra primera preocupación será la selección adecuada de músicos y colaboradores. El músico adecuado no es simplemente el que mejor toque la guitarra según el sondeo que hicimos entre amigos y allegados, sino el que realmente le sume al proyecto. Una guitarra mal tocada o un piano desafinado grabado en un gran estudio jamás sonará mejor que el mejor de los músicos en una grabación de menores recursos. Claramente ciertas condiciones aplican; toda grabación casera debe cumplir con un mínimo de calidad que nos asegure la competitividad de nuestro material. Nuestra estación de trabajo, generalmente digital, o DAW (por sus siglas en inglés, Digital Audio Workstation) debería contar con al menos un ordenador con capacidades razonables y el software necesario para capturar y procesar nuestras señales, una interfaz de audio encargada de capturar, optimizar y digitalizar nuestro material, un sistema de monitoreo (Altavoces), el más digno que nuestro presupuesto pueda pagar y algunos accesorios extra: controlador MIDI, secuenciadores, samplers, librerías de sonido, etc.

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El estado y la calidad de nuestros instrumentos debe ser óptima. Instrumentos de cuerda debidamente calibrados (normalmente por un luthier), sintetizadores, si son requeridos, debidamente programados (los gustos son muy variados), sección rítmica en óptimas condiciones. En este caso, la afinación deberá obedecer al concepto artístico y sonoro que desarrollamos al inicio. Hay mucho espacio para la experimentación en este sentido, pero en todo caso debemos aclarar nuestras posibilidades y deseos antes de iniciar la grabación. Es razonable y absolutamente recomendable, utilizar influencias sonoras de proyectos similares que hayan probado, desde nuestro punto de vista al menos, su funcionalidad y buen gusto. Si las herramientas de captura son reducidas, nada más que un par de micrófonos e igual número de canales simultáneos, no desvanezcas; en estos casos podemos optar por técnicas de captura antiguas, utilizadas en condiciones donde el equipo era igualmente reducido. Para esto la preparación de todo el grupo de trabajo es mucho más compleja y al mismo tiempo se reducen considerablemente los tiempos de grabación (la mayor parte del tiempo lo empleamos en afinar las etapas previas a la captura). Existen por ejemplo, diversas y muy eficientes técnicas de microfonía estéreo o técnicas que contemplan una distancia importante entre la fuente y el micro, muy útiles a la hora de grabar baterías con escasos recursos. Naturalmente no podemos esperar el sonido presente y con gran ataque que ofrece la microfonía cercana y dedicada; en este caso debemos sacar provecho de las bondades que estas técnicas ofrecen: sonido muy natural, enmascaramiento de ruidos mecánicos de los instrumentos, espacialidad y reproducción del espectro sonoro de la fuente en pleno (siempre y cuando la microfonía así lo permita). Como es de esperarse, los preparativos previos a una grabación de esta naturaleza serán mucho más minuciosos, cuidando los más mínimos detalles, desde la ejecución hasta la selección de la locación (la sala de estar de la casa del bajista, el garaje de mi casa, el auditorio del colegio o, en todo caso, el recinto que ofrezca la sonoridad que estamos buscando) todo esto bajo un inexorable concepto de ensayo y error.
Finalmente, entramos en la etapa de edición y mezcla, ambos apartados dedicados al mundo del audio y que trataremos con mayor detalle en publicaciones posteriores. Si nos ubicamos en la perspectiva del compositor/productor de la obra, estas labores son generalmente realizadas por el mejor ingeniero de audio que nuestro presupuesto pueda pagar; del mismo modo que en la selección del estudio, el criterio que al menos yo manejaría, es el de buscar al ingeniero que en mi opinión maneje el género con mayor fluidez (no siempre es el más caro o el más afamado). Los métodos utilizados para llevar a cabo todos los aspectos de una producción musical, varían considerablemente de un proyecto a otro, no se trata de establecer un determinado método como la fórmula única para encontrar el éxito, por el contrario esta publicación busca ofrecer al lector, un punto de partida estable que nos permita encontrar el camino que debemos transitar para expresar nuestras ideas y percepciones a través de la música. Suerte!!!

Si has llegado hasta este punto, agradezco enormemente tu interés. Un Fuerte Abrazo!!! no vemos en Steemit…

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