La manifestación de la ciencia en entornos Naturales

Todo ser humano desde que comienza a dar sus primeros pasos en la vida y en el aprendizaje recibe conocimientos bases sobre la estructura geográfica del mundo y como están divididos los continentes y los océanos. No hay nadie que haya recibido estudios básicos que no haya dibujado el mapa del mundo o no conozca como esta subdividido.

Pero en medio de este conocimiento nunca se ha enseñado la relación entre la salinidad de ambos océanos y porque si uno está unido al otro ambos contienen análisis físico-químicos distintos y que son considerados paradigmas importantes que durante años han sido motivo de investigaciones en el mundo.

A pesar de que el nivel del mar es más o menos uniforme a lo largo del mundo la diferencia de la salinidad entre los océanos durante años ha sido asociada a las diferentes altura en los fondos marinos ya que existen notables diferencia de nivel, cerca de 20 centímetros entre los océanos Pacífico y Atlántico (y no de varios metros, como suele decirse). El Pacífico está más alto que el Atlántico porque el agua es menos densa que en este último y debido al clima predominante y condiciones oceánicas, como se puede apreciar en los alrededores de Panamá, un país en el que las orillas del Atlántico y el Pacífico distan apenas 80 kilómetros.

Pero se ha descubierto que las diferentes profundidades en las extensiones del lecho marino no se ve asociada a la diferencia entre los océanos debido a que la salinidad del agua proviene de los diferentes minerales disueltos allí y en particular, de la disolución de elementos químicos naturales como sodio, cloro, azufre, calcio, magnesio y potasio, entre otros.

Muchos investigadores en departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de varias partes del mundo concuerdan que el origen del carácter salino del agua de los océanos tiene raíces ancestrales que se han trasmitido durante millones de años a través de los genes marinos debido a las emisiones gaseosas, las lluvias y las corrientes de agua provenientes de otros lugares desde la tierra por lo que estos factores han tenido mucho que ver en la ionización salada del agua.

Ambos océanos se compone con características estructurales diferentes, además de sales minerales y diversos materiales biológicos producto de los desechos y la descomposición de la tan abundante vida marina. Las sales de los océanos generalmente provienen de largos procesos graduales como la ruptura de rocas ígneas de la corteza terrestre al enfriarse, la erosión, el desgaste de las montañas, la acción disolvente de las lluvias y las corrientes que transportan agua cargada de minerales y otros compuestos siendo estos factores diferentes en ambos océano generando resultados diferentes en sus aguas.

Cuando las frías y saladas aguas de la superficie del Atlántico Norte se hunden y empiezan su largo viaje hacia la Antártida, activan un complejo patrón de corrientes oceánicas, uno de cuyos efectos es el transporte a las costas de Europa de una masa lo bastante grande de agua caliente como para mitigar de forma significativa el descenso de las temperaturas en buena parte del continente. El Pacífico Norte no tiene ese mismo mecanismo, porque su salinidad es mucho más baja, y los científicos durante años han especulado durante mucho tiempo acerca de las causas de este hecho.

Una de las principales razones externas en que la salinidad de ambos océanos sea diferente es que las montañas rocosas de América del Norte y los Andes de América del Sur bloquean el transporte de vapor de agua desde el Océano Pacífico hacia el Atlántico. La mayor parte del agua que se evapora en el Pacífico es detenida por esas montañas y cae en forma de lluvia o nieve, regresando finalmente al Océano Pacífico y manteniéndolo más dulce. Sin la presencia de esas montañas, gran parte de la precipitación se produciría más tierra adentro, en zonas desde las que el agua acabaría discurriendo por vías fluviales que desembocan en el Atlántico, en vez de ir a parar al Pacífico nuevamente, lo que tendería a mantener una composición similar.

El vapor de agua del Atlántico tropical y el Mar Caribe, por otro lado, atraviesa Centroamérica arrastrado por los vientos alisios, y se precipita en el Pacífico, contribuyendo también a la diferencia de salinidad. La cantidad de agua dulce que este mecanismo crea es significativa, aproximadamente 200.000 metros cúbicos por segundo aproximadamente. Las montañas de África Oriental también contribuyen a mantener la situación.