El autoengaño

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El autoengaño es el mecanismo de defensa que solemos usar para maquillar un hecho desagradable del pasado o para prepararnos para un futuro incierto.

Los optimistas y los pesimistas se sirven igualmente del autoengaño pero lo usan en sentido opuesto. Los pesimistas imaginan un futuro desgraciado y cuando recuerda el pasado tiñen todos los acontecimientos de negro, mientras que los optimistas crean en su imaginación un futuro feliz y suelen ver sus recuerdos con unas gafas de color de rosa.

Como ya hemos visto, el pensamiento actúa en el organismo como cualquier otra conducta, de tal forma que puede modificar la composición humoral de la sangre haciéndonos sentir felices, desgraciados, airados o asustados según sean las imágenes que se evoquen. La persona que siempre está planificando un futuro adverso, merma sus energías para modificar ese mismo futuro y si lo que se recuerda son solo situaciones en las que se fracasó se vive siempre en una continua sensación de fracaso

Tanto el recuerdo como el proyecto son engaños porque en realidad no existen. El mismo esfuerzo cuesta imaginar desgracias que éxitos y sin embargo la memoria aprende a pensar en una sola dirección y es preciso modificar esa dirección para conseguir un tono vital más positivo.