Experiencias traicioneras (Inspirado en "Caperucita Roja")

El lobo, luego de haber escapado del cazador, decidió volver al bosque cercano a la casa de la abuelita de Caperucita Roja. Este le preparaba una sorpresa por lo que se dedicó a esperar a que la joven visitara a su abuela y así sorprender a ambas.
Caperucita fue rumbo a la casa de su abuelita. Durante el camino recogió algunas flores y frutos que quería llevarle y los metió en su canasta. A pocos metros de la casa, esta ve como se introduce el lobo por la ventana de la vivienda. Ya Caperucita tenía experiencia y pensaba que de nuevo el lobo iba a fingir ser su abuela así que esta vez decidió ser más precavida.
De aquella niña no quedaba mucha inocencia puesto que las experiencias vividas a lo largo de los años le demostraron que se necesita un poco de malicia para triunfar. Es por esta razón que al ver una cicuta (una planta venenosa) no duda en tomarla para dársela al lobo que, seguramente, usurparía de nuevo el lugar de la anciana.
Esta siguió su camino sin prisa. Entró a la casa de la abuela y esta se encontraba arropada hasta la nariz, tenía los ojos hinchados y poseía un abrigo de piel. Inmediatamente, recordó las preguntas que en el pasado había hecho referente a sus características de gran tamaño por lo que ya sabía las respuestas y cómo iba a continuar la historia. Después de saludarla, solo se sentó en la cama a conversar.
La abuela le pidió a Caperucita que le mostrara las flores que había tomado para ella. Esta las sacó una a una y, al ver que la abuela no se descubría el rostro, decidió quitarle la sábana rápidamente e introducirle la cicuta en la boca. La señora la tragó y obtuvo una parálisis muscular. Caperucita, al detallar su rostro, distinguió que si era su abuela pero ya era muy tarde porque a los pocos minutos tuvo un paro respiratorio que le causa la muerte.
La confusión de la chica se hizo notar porque no lograba explicarse en dónde estaba el lobo. Tras recorrer la casa, en medio de su desesperación por buscar ayuda, lo vio cargando una canasta llena de comida como muestra de las disculpas sinceras que le quería pedir a la abuela y a ella por lo ocurrido en el pasado.