jajajajaja, a mí me ha costado muchísimo subirme a los caballos las pocas veces que lo he hecho, luego es como andar en una nave cósmica, mirándolo todo desde allá arriba; como una cámara subjetiva en el cine. De niña me colé en la cocina de mi abuela paterna montada en uno...no recuerdo cómo terminó aquello...por suerte no lo recuerdo. Esta foto tuya me ha hecho recordar todo eso, qué maravilla. Pero ella de por sí me ha causado risa, porque la foto es tan perfecta en su inicio, o sea, uno comienza a verla de izquierda a derecha y los caballos están perfectamente alineados, los jinetes con ropas austeras y justo cuando vas a dejar de mirar aparece esta mujer con su vestido de flores que uno no sabe si está más cerca de caerse o de llegar a la grupa del caballo, jajajaja. Felicitaciones!