"miprimerconcurso 7" entrada # 1(Esta fecha quedara guardada por siempre)

Estando en pleno clímax de mi desempeño profesional, entró una enfermera a mi despacho me agarró por el brazo y me llevó al departamento médico. De allí no supe más nada sino hasta después de dos semanas. Había entrado en crisis de pánico, me sedaron y estuve de reposo todos esos días.

Cuatro años después, en otro contexto, otras circunstancias, me volvió a dar la misma crisis pero con otras manifestaciones, me daba pánico todo: comer, tomar agua, volar en avión. Ya para este momento estaba casado. Quien sufría las penalidades de esta situación era mi esposa. En el primer episodio sólo había ido a un médico internista y después de rigurosos exámenes me había descartado cualquier enfermedad. Sólo me dijo que tenía estrés y me tomara las cosas con calma. Pero esta vez, se prolongaban las síntomas de algo más crítico. Fui remitido a un neurólogo quien me mandó una serie de exámenes de los cuales simplemente salí sin ninguna enfermedad, pero esta vez me dijo que tenía una crisis de ansiedad.

Lo que más me angustiaba es que me ahogaba de nada; al tomar el agua, tomar un bocado de comida. Me mandó un ansiolítico pero no me explico mucho. Cumplí con el tratamiento y a la par estudie y leí mucho sobre ese problema de estrés, ansiedad y pánico. Comencé a leer acerca de las emociones y la inteligencia emocional. Mejoré muchísimo. Sin embargo, al año, le dije a mi esposa que me llevara a otro neurólogo para escuchar otra opinión.

Al estar frente a otra doctora, le comenté todo lo que había pasado y a cuál médico había ido. El médico era Jefe de Postgrado de Neurología de una Universidad muy reconocida, así que era muy conocido en el medio. Así que la doctora me indicó ciertos exámenes y me añadió un medicamento adicional. A la salida, le dije a mi esposa, que debía buscar otra actividad y no comprar ese medicamento adicional. Hablé con mi papá para que me diera un terreno para sembrar. Mi esposa y yo sembramos piña, zanahorias, cebollin, ocumo, y todas las hortalizas. Agradecí a Dios por haberme mejorado muchísimo de esas manifestaciones horribles que me tocó vivir con esas presiones de la vida.

El abuelo de mi esposa era un señor médico, muy reconocido. Hoy yace ya en la tumba. No sé por qué razones nunca se nos ocurrió ir a consulta con él. Sin embargo, un años después, en una visita familiar que le hicimos en su casa, le conté de la experiencia horrible que me había pasado en dos ocasiones en mi vida en las cuales me había dado crisis de pánico.

Él me preguntó: "¿Eres matemático, verdad?", a lo cual le asentí. Me siguió diciendo, saca las siguientes cuentas. Y me puso a sacar cuentas. No recuerdo bien la secuencia de las operaciones que hizo hacer, pero el resultado me dio 0675, o algo parecido, y me dijo, las primeras dos cifras te indican el mes, y los dos últimos el año. Y dijo enfáticamente, revisa en tu historial, en tu memoria, qué fue lo que te pasó en esa fecha, algo que te haya traumatizado. Lo que haya ocurrido creó una herida en tu cerebro y cicatrizó, pero cada vez que estás bajo presión, se revive la herida, y repites los episodios que tú llamas pánico.

Bueno, luego de ese encuentro, me retiré muy meditabundo, recordando los episodios de mi infancia.

Yo nací en Kumarakapay, una comunidad indígena Pemon, que está a orillas de un gran río llamado Yuruaní, que nace de los Tepuyes Roraima, uno de los tributarios del Caroní, en el Estado Bolívar, Venezuela. En época de lluvia que comienza en mayo, los ríos incluyendo Yuruaní se desbordan por toda la sabana, y pequeños animales como los acures se refugian en los montículos de tierra que no logran anegarse. Como todo niño, con los demás niños de mi comunidad salíamos a cazar estos animales para agarrarlos como mascotas. Pero había que pasar partes anegadas que no eran muy profundas. Sin embargo, siguiendo a los demás niños me di cuenta que había pisado muy profundo y no tocaba el fondo y empecé a ahogarme. No sabía nadar aún. Fue terrible; pensé que me iba a morir; me rescataron mis compañeros; estuve llorando un rato largo; fui objeto de burla de los demás. Pues eso ocurrió justamente cerca de la fecha que me había hecho calcular el médico, abuelo de mi esposa.

Junio del año 1975, la fecha exacta no lo sé. Pero esa fecha con ese episodio quedará guardada por siempre.

El abuelo murió sin que yo pudiera preguntarle cómo podía superar ese traumatismo, lograr que se cicatrizara mejor esa herida en mi cerebro.

A todos les digo ahora: Todos tenemos una fecha guardada por siempre; si ese recuerdo es desagradable como el mío, seguramente se reflejará en un malestar cuando estés enfrentando una crisis emocional en tu vida. Así que si te pasa, simplemente, trata de recordar, porque la secuencia de cuentas no me la sé. Pero, el cerebro dirá que esa fecha ha estado guardado por siempre.


La comunidad de Kumarakapay, se observa el Río Yuruaní con sus aguas oscuras. En época de lluvia este río se desborda. Fotografía tomada desde un dron.

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Una situación muy interesante. Sin duda que la llevas guardada por siempre.
Gracias por compartir @rdelgado

@rdelgadop me has hecho recordar con nostalgia al abuelo... Sabio y lleno de consejos...

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