Miprimerconcurso #7 entrada #1 - Del 10/09/2016 en adelante

El día que entendí que las consecuencias de mis actos no me afectan sólo a mí.

Ese día estaba yo en una clínica convulsionando gracias a una mala praxis de un pseudo doctor. En mi país un pseudo doctor es un MIC: Médico Integral Comunitario, son personas que se licencian en menos de 5 años con título para matar y prescribir mal los medicamentos. En conclusión ese día retrocedí unos 22 años y quedé como una niñita de 2 durante las siguientes semanas.

Esta fue la única foto que tomé en ese viaje, fueron 6 días grises literalmente, y la conservé porque todos fueron así como se ven para mí

Estábamos a más de 350 km de nuestra casa y era toda una incógnita cómo mi esposo solo iba a lograr llevarme así de regreso. Mi mamá estaba más lejos aún ya que no vivimos en el mismo estado y ese día habían prohibido para las primeras horas de el día el zarpe de embarcaciones y despegue de aeronaves desde donde ella vive, que es una isla, para poder llegar lo más cerca a donde yo estaba.

Ellos resolvieron con un tío mío que tiene una mejor posición y gente que trabaja para él, mandar a alguien a último minuto a echarse el viaje a buscarme, alguien que fuera conocido y en un vehículo que fuera cómodo porque no sabíamos cómo podía reaccionar yo en cinco horas de carretera.

Cuando por fin llegué a casa ya mi mamá estaba ahí, preocupada y asombrada de cómo me veía irreconocible, aparte que parecía haber adelgazado diez kilos en una semana, mis ojos no fijaban a un escenario que fuera de éste mundo y no tenía capacidad de controlar las emociones que sentía, cuando me contó cómo mi hermana, mi abuela y mi tía habían pasado la noche llorando por mí tuve un episodio de descontrol difícil de calmar.

Durante las semanas siguientes volví a una época que viví solo los primeros 7 años de mi vida: mi mamá haciéndome desayuno, almuerzo, cena, postre, lavándome la ropa, ocupándose de las horas de mis pastillas, etc. Yo, una mujer independiente desde que tiene uso de razón que mata sus propias cucarachas para sobrevivir.

Eventualmente tuve que irme con ella hasta su casa porque ella no podía quedarse más ahí, cuando llegué fue toda una caravana de saludos y familiares preguntándose cómo estaba yo y etc. Algo nada común en mi vida, porque no suelo manifestar ningún tipo de necesidad para no recibir ayuda.

Para diciembre cuando por fin había recuperado un 60% de independencia llegó la hora de afrontar una situación que yo ya casi estaba convencida de que no se iba a dar; me iban a operar de la columna, de la nada apareció una ayuda económica que había solicitado hacía 6 meses atrás para realizar el procedimiento porque era muy costoso.

Resulta que yo necesitaba una pequeñísima laminectomía, porque a penas podía caminar, sentarme o disfrutar estar acostada. Sí, tanto veneno que tengo dentro de mi cuerpo me puso la columna vertebral en forma de S desde que nací, me sacó dos hernias cuando crecí y me comprimió un nervio cuando estaba ready para la party de la independencia. Tenía un par de años padeciendo pero fue a finales de 2015 y principios de 2016 cuando se hizo insostenible e inicié el desfile de consultas médicas para tomar una solución definitiva.

Llegó la icónica fecha martes 13 de diciembre, salí airosa, a las pocas horas me levanté de la cama, posé para una foto y estaba adolorida en términos generales pero muy bien. Los primeros 10 días fueron buenos, hasta pude salir a la calle, sin caminar mucho y vivir normal. Peeeero, como siempre hay un pero, el 23 de diciembre en la noche hizo su primera manifestación una infección en mi herida, por lo que tuve que pasar desde ese día en adelante una verdadera tragedia.

Hinchada por la anestesia pero digna y regia para la foto

No volví a pararme de la cama para otra cosa que no fuera ir al baño y ducharme durante el siguiente mes, hasta el día 23 de enero que me quitaron los puntos. El doctor tuvo que extirparme la herida en varias oportunidades y tuve que recibir antibióticos por vía intravenosa durante más de 15 días, lo que implicó unas 10 vías entre las que me me colocaban y no funcionaban y las que no duraban dos dosis. Durante ese mes toda mi familia se convirtió en mi esclava.

Mi mama no sólo hacia los oficios de la casa, sino también todo lo que yo no podía hacer como mi comida, buscar los medicamentos. Mi prima y mi hermana estaban todo el día a mi merced y prácticamente todo lo que se decidía hacer o no hacer era en función de mí. Durante el día era un desfile en la puerta de mi cuarto mis tíos y mi tía hablándome con dolor y preocupación. Una infección en una operación de la columna vertebral era un dolor de cabeza horrible para el doctor que me operó. Yo solo quería cerrar los ojos, creer que era un sueño, agarrar mi ropa sucia y lavarla yo misma.

Con @stillstreet el 31 de de diciembre a las 11 de la noche, pasándo antibióticos

Yo solía creer antes de todo esto que mi vida era sólo mía, que mis actos sólo podían afectarme a mí y que nada de lo que me pasara podía interferir con la vida de otra persona. No es porque no hubiera necesitado ayuda antes, porque pasé meses y años muy malos con ese dolor, sino porque simplemente estaba completamente cerrada a absolutamente todo y todos. Vivía cuesta abajo hacia la auto destrucción sumergida en mi propia miseria, victimización y autocompasión.

Bastó que llegara el día en el que yo no fuera yo misma para entender que no somos libres por el simple hecho de compartir el espacio que habitamos con miles de millones de otros seres humanos. No podemos simplemente actuar por nuestro propio interés sin alcanzar salpicar al menos a una persona, o a una decisión ajena.

Probablemente nos hagamos daño a nosotros mismos 100 veces sin que alguien lo note o sin que alguien se preocupe, tomemos 1000 decisiones des favorecedoras sin tener quién nos corrija, nos oriente, o nos ayude a librarnos de sus consecuencias, podremos errar infinidades de veces sin que alguien de nuestro alrededor sufra con los resultados, pero eso no significa que nunca sucederá, porque lo más seguro es que cuando toquemos fondo y salgamos con vida, arrastremos en nuestra recuperación a quienes no imaginábamos involucrar en ningún asunto.

Cuando veo a una persona hacerse daño a sí misma (porque existen mil formas), cuando veo a una persona actuar irresponsablemente, como manejar un carro bajo los principios de un psicópata o tomando, miles de videos "graciosos" de gente buscando darse los peores golpes que te puedas imaginar, cuando veo a un montón de personas haciendo ejercicio bajo la lluvia, solo puedo pensar ¿Es que no saben que si algo les pasa, será otro quien se trasnoche en la sala de espera de un hospital, será un familiar que tenga que rogar por un medicamento y verte morir o empeorar si no lo consigue, será unos hijos que se pueden quedar sin padre por no tener precaución, será toda la familia la que sufra la impotencia, angustia y dolor de verte enfermarte a ti mismo?.

Ejemplo de un acto irresponsable: mi abuela de 78 años, con osteoporosis avanzada, dos operaciones en la columna y una prótesis en la rodilla, barriendo el piso mojado

Seguramente estas palabras no serán una epifanía para alguien que actúe de esa manera, al menos no hasta que le toque ser dependiente de otros o porque simplemente le sigue dando igual, probablemente otra persona que haya vivido alguna situación similar con un familiar, amigo o pareja sepa lo que se siente no poder comprender a una persona que no se ayuda a sí misma o no se deja ayudar.

Yo solo sé que desde esa fecha, al descubrir eso el mundo cambió para mí y no bajo el precepto de juzgar a quienes no lo entiendan, sino bajo el deber moral de difundir ese sentido de responsabilidad siempre que pueda, para promover la compresión sobre la tiranía de la expectativa de que todos nacen pensando de esa manera.

La foto más reciente que me tomé luego de haber superado todas esas peripecias. Y gritándole a @ruricchi apúrate que la gente me ve raro

Agradecimientos a @Jlufer por dirigir este concurso, promover el crecimiento de la comunidad hispano hablante y la evolución a los usuarios más nuevos