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Los secretos que compartimos

La novela Los secretos que compartimos es una historia de romantica, los protagonistas son Jian Man y Fu Hanyu.

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Lectura de prueba de novela Los secretos que compartimos

La boda se celebraba a bordo de un lujoso crucero privado. Jian Man se quedó observando con frialdad a la pareja situada a estribor, cuyo vestido azul y largo se agitaba con el viento.

—¡Esperen! —gritó la chica y detuvo el ridículo de aquella boda, consiguiendo atraer la atención de todos los invitados.

—¿Quién es esta señora? ¿Por qué camina hacia la novia y el novio?

—¿Será la amante del Señor Shangguan, que viene a colarse en la boda?

Esas palabras llegaron a los oídos de Liao Wei, la novia del día. La sonrisa en su rostro se volvió rígida, al mismo tiempo que el pánico se apoderaba de ella. Desplazó su mirada y su corazón se desplomó al ver a la dama que tenía enfrente. Nadie sería lo suficiente estúpido como para permitir que su rival amoroso se metiera en su boda, especialmente después de todos sus esfuerzos y planificación cuidadosa.

—Cielos... —Shangguan Li soltó las manos de Liao Wei y se dirigió hacia la dama con una mirada llena de afecto. Su comportamiento gélido se había evaporado para ese momento.

Liao Wei entró en pánico y tiró de sus brazos con desesperación.

—Li, soy tu novia. La Familia Jian ahora está en bancarrota.

El tono de su voz era delicado, sin embargo, la fuerza que ejercía sobre su brazo era fuerte. Jian Man se acercó a la pareja con una fría sonrisa en el rostro.

—Man, escúchame...

Shangguan Li podía ver la indiferencia en su mirada, provocando que se asustara sin darse cuenta. En cambio, Jian Man sonrió con sarcasmo y presentó un brillante angpau rojo.

—¡Felicidades! Tu novia es hermosa. Es posible que la Familia Liao no sea muy adinerada ni poderosa, pero aun así sus negocios no son pequeños. Sin duda una buena familia para ayudarte a impulsar el tuyo. Puede que ahora la Familia Jian esté en bancarrota, pero aún puedo darme el lujo de darte mis bendiciones. Te deseo un feliz matrimonio.

En el momento en que terminó sus palabras, lanzó el angpau sobre Shangguan Li con gran fuerza. El paquete se abrió y todo el dinero salió volando, golpeando la cara de Shangguan Li antes de flotar hacia el suelo. Tras una inspección más detallada, ¡algunos de los billetes estaban manchados con restos de sangre! Jian Man sonrió ante el humillante espectáculo.

—¡Qué boda! Como dice el proverbio chino, en los acontecimientos felices, cuanto más rojo, mejor. No basta con el dinero para expresar mis sinceros deseos, así que he rociado un poco de sangre de perro. ¿No es amable de mi parte?

Shangguan Li se sintió inquieto por la chica. De inmediato la agarró de las manos y trató de explicarle:

—¡Man, sabes que la única persona a la que quiero es a ti! No pongas las cosas difíciles, ¿de acuerdo?

—¡Li! ¿De qué estás hablando?

La reputación de Liao Wei se vio arrastrada al suelo por sus palabras. ¡Ese hombre iba a ser su marido! La novia al final no pudo contener su mal genio y se quitó el velo para exponer su rostro, con los ojos llenos de odio.

—¡La Familia Jian está en bancarrota! ¿Crees que todavía eres la joven y poderosa señora de la familia? ¡No tienes ninguna posibilidad de estar con Li! ¡Piérdete ahora!

Liao Wei y Jian Man solían ser compañeras de clase. En aquel entonces, la Familia Jian todavía era muy poderosa y adinerada con sus negocios en crecimiento. Ya fueran sus compañeros de clase u otros socios de negocios, todos ellos habían adulado a los miembros de esa poderosa familia. En aquella época, Jian Man era conocida como la reina de hielo de la escuela con su rostro frío pero hermoso. Ahora, la empresa de su familia estaba siendo investigada por productos defectuosos e incumplimiento de los procedimientos operativos estándar. Todos los responsables fueron enviados a la cárcel por su mala conducta. Shangguan Li podía casarse con cualquiera, incluso con una chica normal de una familia pobre, ¡pero no con una de una familia con un caso judicial pendiente!

—No te preocupes. Me iré cuando sea el momento. —Jian Man miró el dinero que había en el suelo y con burla añadió—, puesto que te has llevado mi angpau, entonces ya no nos debemos nada.

Los reporteros de varios medios de comunicación tomaron múltiples fotos del accidente de la boda inesperado. ¡Qué día más agitado para ellos! La cara de Liao Wei se había oscurecido tanto como el carbón mientras gritaba:

—¡Qué idiota ha dejado entrar a esta mujer! ¡Sáquenla de aquí ahora!

Tras sus gritos, el lugar de reunión se volvía incontrolable con los murmullos de los comentarios, los sonidos de las fotografías y la gente que transmitía en directo el acontecimiento de ruptura. En el momento más desordenado, las luces del crucero se apagaron de repente con un fuerte chasquido. El lugar se sumió de inmediato en una oscuridad total. Los invitados no podían ni siquiera ver sus manos.

......

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