Kwan Dak-Ho, líder de una nación del planeta Atlas, entraba a la sala situacional para reunirse con el alto mando militar, a quienes daría la orden de disparar 42 mísiles nucleares de largo alcance a objetivos civiles y militares de las naciones enemigas de occidente. Dak-Ho mira la hora, eran las 20:06:27 horas.

Atlas, había sido durante ciclos un inmenso laboratorio para la experimentación biológica y sociopolítica del planeta Zem. Tras dos mil ciclos de ausencia de controles, la especie de mayor inteligencia, había creado armamentos de destrucción masiva con los que había mantenido por casi un siglo, una paz artificial entre bandos contrarios.

Kasius, responsable de vigilancia de Atlas, había visto los últimos acontecimientos en sus plataformas de realidad remota tridimensional, por lo que debía recurrir al último recurso según los protocolos: la transportación y suplantación de conciencia. Este medio, le permitiría mover su conciencia para ser alojada en cualquier especie o dispositivo informático, en cualquier espacio-tiempo.

Kasius se introduce en una cápsula para teletransportarse a Atlas en el momento y lugar donde Dak-Ho va a dar la orden de bombardear. Al entrar en Dak-Ho, lo lleva a contemplar el momento exacto, horas después, en que cientos de bombas del oponente explotan en su nación. Ve la imagen congelada de bolas de fuego sobre las ciudades, las olas de gran altura, las montañas fracturándose, y a su familia consumida por la radiación.

Dak-Ho vuelve en sí y mira el reloj nuevamente. Eran las 20:04:35 horas. En menos de dos minutos abortó la operación.