Aquí estaba de nuevo, en otra cita a ciegas, sentado en un café mugriento, rodeado de desperdicios y vendedores ambulantes. Siempre las odie. Nunca me sentí seguro de mis atributos físicos y un rechazo más, me terminaría de joder la vida.

Mi reloj marcaba las 3 pm y extrañamente, después del tercer café, seguía siendo las 3 de la tarde. En realidad, ese detalle me importó muy poco.

Un hombre, de extraña mirada, se sentó en mi mesa, agarró mi taza de café y se la tomó de un sorbo. Traté de calmarme, de no hacer una escena. Estaba esperando a Susana, una chica rubia con la que solía chatear todos los jueves y la admiraba por sus relatos eróticos publicados en Steemit.

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El hombre sonrió, mostrándome sus dientes afilados que semejaban a los de un cocodrilo. ¡Claro que no me impresionó!, todo lo contrario. Me sentí gratamente seducido y aceptado, cuando agarró mi mano izquierda y jugó con mis dedos. Pude descubrir la inmensidad del universo.

Sí, nos besamos, ¿y qué?, por breves segundos, su cuerpo se fundió con el mío y me dejó sin aliento. Sin decir una palabra, se levantó, lamió mi rostro y se perdió entre la multitud.

Susana se encontraba sentada frente a mi mesa, con más de 10 tazas de café, esperándome. No quise acercármele, eran aún las 3 de la tarde y me daba igual, que el tiempo se hubiese detenido.

Me fui volando, no había otra forma de salir de ese lugar.

Rubén Darío Gil

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Concurso patrocinado por: https://steemit.com/spanish/@trenz/concurso-de-microrrelatos-de-ciencia-ficcion-microcifi256-semana-6-el-dia-que-el-tiempo-se-detuvo

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