Stefano esta sentado en el medio de un cuarto donde comienza a notar los cambios que empieza a dar su cuerpo, por un momento piensa en cuestionarse del porque acepto hacer eso, pero en seguida borra todo rastro de arrepentimiento de su mente.

Mientras que siente una fuerza en su cuerpo que, le advirtieron que sentiría al comenzar el efecto de la inyección que le colocaron en el laboratorio a donde había ido, en donde también le aseguraron saldría libre de esa enfermedad que tanto le aquejaba y así podría comenzar una vida nueva.

A él, se le estaba cayendo el poco vello que aún tenía, cerro y abrió sus ojos en un segundo y se dio cuenta de que su visión había cambiado al tiempo que tocaba su cara y esta se sentía tan tersa como la seda. No aguanto la curiosidad y fue corriendo al espejo, cuando vio su reflejo quedó petrificado, ya no era el mismo Stefano de antes.

Tenía cuatro ojos, no tenía labios ni vello en su cuerpo, el color amarillento de su piel había pasado a ser blanco casi transparente, que a su vez le hacía contraste con el de sus venas que habían pasado de ese color verde medio azulado a ser negras y muy marcadas.

En ese momento entro un médico y dice algo que Stefano logra escuchar:

- Ya hizo efecto, ahora debemos dejarlo cazar -.

«A cazar» pensó Stefano, mientras perdía el conocimiento y el doctor le colocaba un rastreador y lo dejaba ser libre.