Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 - Semana 6 - El día que el tiempo se detuvo.

Silencio. Aquella ausencia de cualquier bullicio, que ahora, me era imperceptible.

Eco. Onda reflejada de mi propia voz cada tanto con la intención de mantenerme cuerdo.

El tiempo me parece incalculable. La necesidad de regresar me es insoportable. Y es que, solo un estúpido como yo habría vuelto en el tiempo, todo para salvarla, y sin embargo, ahora que lo he hecho, la he perdido para siempre.

27 de julio de 2103. Día en el que perdí una parte de mi alma, día en el que su tiempo de vida se detuvo, gracias a la explosión del Cuadrante Alfa en plena órbita terrestre. En consecuencia, tras el luto, me embargué en la misión de prevenir el suceso y recuperarla, sólo, en compañía de un periódico cuya primera plana detallaba el incidente.

Pese al riesgo, viajé en el tiempo, año 2083. Fecha en la que inició el proyecto del ICC que daría fin a su vida; un fallo, que como trabajador de la NASA, fue fácil reparar.

Mi misión salió exitosa, mi salida... es otra historia.

Así que ahora, tras mi confesión, catalogado como loco y sentado en una esquina igual de blanca que las cuatro paredes en las que me encuentro encerrado, mis pensamientos se derivan a ella: a su gracia, su inteligencia, su sonrisa; me conformo con saber que su tiempo de vida es mayor, que al periódico que traje con el incidente en primera plana le ha cambiado el título.

Ella vive.

Joanne… mi amada hija. La única razón argumentable para soportar esta tortura.